Tienes Un Nuevo Mensaje

Un favor

Ya eran las 7:50 a.m. y Stephy quien tenía clases a las 8 recién iba de camino a su liceo.
Se había quedado dormida como suele ocurrirle, pero además había estado esperando a que su vecina, Marcie Smith por fin estuviera lista para que pudieran irse juntas.
De camino a la parada del autobús estuvo escuchando hablar a su compañera mientras que ella se limitaba a responder lo estrictamente necesario.

No era alguien de muchas palabras puesto que no tenía mucho que contar. Era tan sólo una chica de 14 años, que no salía a fiestas ni tenía muchos amigos, algo tímida y que pasaba sus tardes frente a la computadora o con libros.

Una vez arriba del bus, se demoraron 20 minutos en llegar al liceo. 20 minutos en los que escuchó a Marcie hablar sobre cómo su ex novio, Noah, no paraba de mandarle mensajes, o sobre cómo Noah se comportaba cuando vivían juntos. A Stephy, quien le parecía que las historias contadas por su amiga satanizaban al tal Noah, no le interesaba mucho el comportamiento de alguien que vivía en Iquique. A más de un día de Santiago, que es donde viven. Pero no paraba de preguntarse por qué significaba tanto tema de conversación alguien con quien has terminado hace ya un par de meses.
Omitiendo por completo sus dudas, guardó silencio hasta que se bajaron del bus y entraron al establecimiento, pero no para acotar algo más que un simple <<Adiós>> a la conversación.

Las horas transcurrieron lento, como de costumbre y ella, no veía el momento en que el reloj diera las 4:00 p.m para poder volver a su casa y quitarse ese molesto uniforme que le quedaba tan ajustado porque al parecer en las vacaciones de verano comió más de la cuenta y no hacía más que molestarla e incomodarla.
Cuando por fin la celestial campana sonó como si los ángeles cantaran en sus oídos no pudo evitar sonreír mientras tomaba su pesada mochila y se devolvía cansada y harta del calor de Marzo a su casa.

Una vez en ella, tiró la mochila al sillón, se metió al baño y se quitó ese caluroso uniforme de polera azul marino y falda a cuadrillé gris. Como de costumbre le fue inevitable mirarse al espejo y observar con disgusto su cuerpo.
- Jamás podré ser alguien bonita – pensaba mientras veía las cicatrices de cortes anteriores en sus costillas, muñecas y piernas.–
Con habitual resignación se metió en la ducha a darse un baño que la revitalizara para una tarde de 35 grados y de lectura en Wattpad.
Las novelas eran su tipo de lectura favorita, ya había leído todo lo que tenía en su biblioteca y no hallaba la hora de poder decir lo mismo sobre la virtual.

Al salir del baño con ropa mucho más cómoda y limpia fue directo a su habitación a tomar su computadora y comenzar desde donde había dejado el libro que había comenzado hace ya unos días.
Así empezó todo, con un libro tras otro. Wattpad le parecía interesante, pero no creía que fuese adictivo, no hasta que se dio cuenta que había pasado todas las vacaciones despertándose para leer y no parar mas que para ir al baño y tomar una siesta, así hasta altas horas de la madrugada. Pero ¿qué más podía hacer? su papá no la dejaba salir y no tenía amigos quienes le hablaran, todos se habían alejado desde que se graduaron de la básica y ahora que estaba en 1ro Medio no tenía con quien conversar.

Así las horas pasaron hasta que de pronto, un mensaje interrumpe su lectura. Ya eran las 7 de la tarde y no se había dado cuenta.

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Marcie Smith
Hola Stephy, ¿Puedes hacerme un favor?
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Con movimientos lentos tomó su celular y respondió:
> claro, ¿qué necesitas?

Como Marcie es una chica linda y popular, Stephy ni siquiera se sorprendió que, pese a no haberse demorado más de 20 segundos en responder, ya no estuviera en línea.
Dejó de lado su celular y volvió a leer, pero no avanzó mucho cuando recibió un nuevo mensaje.
Extrañada, pensó qué podría ser tan importante para que le respondiera tan rápido y a la conclusión la cual llegó fue la más obvia a su parecer. –Debe necesitar ayuda en alguna tarea.–
No sería primera vez en que Marcie le pide ayuda con algún trabajo para la escuela, lastimosamente la ayuda siempre se traducía en un subliminal <<hazme la tarea>> pero al no poder negarse la hacía sin rechistar.
Por lo mismo, notoria fue su sorpresa cuando en lugar de ver un texto, vio un contacto.

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Marcie Smith
Noah
agregar | mensaje
¿Puedes pedirle que me desbloquee, por favor?
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La sorpresa de no tener que resolver problemas matemáticos no se asomó ni a los talones a la extrañeza de ese nombre con tal petición. Cómo no, si luego de todos esos minutos y trayectos en que escuchó la clase de persona que era ese tal Noah no podía siquiera imaginar para qué su amiga le pedía hacer eso. Pero sin preguntar nada, prefirió irse directamente a Mensaje para librarse de una buena vez de ese mal presentimiento.

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chat con Noah

Hola, soy Stephy y vengo a pedirte de parte de Marcie que la desbloquees.
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Y sin más, se salió del chat con Noah para avisarle a su compañera que ya lo había hecho, recibiendo como próxima petición -u orden- que lo bloqueara.

Cosa que Stephy no hizo