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Las llamas ardientes subían hasta el cielo, el humo negro y sus tonalidades grises rodeaban el lugar, tiñendo el cielo de oscuros colores. La ceniza bailaba a su alrededor, mientras los ríos de sangre manchaban sus pies descalzos de carmesí. Lo edificios destruidos cayeron aún más por la influencia de su presencia, causando más desorden y caos a su paso. No sé molesto en esquivar los cuerpos destrozados que se encontraban en su caminó. Sabía que lo encontraría en esa dirección y no le importaba pisarlos.

Aún camino admirando ese paisaje exquisito para su vista. Hasta que el ruido del desgarro de carne y trituración de huesos le hizo saber que él estaba cerca.

Lo encontró inclinado sobre su presa actual, devorando su carne con placer. Sonrió complacido del ser depravado que había emanado de él.

Se giró a verlo y sus ojos de esclerotica negra combinados con su pupila del mismo color; negros por completo le devolvieron la mirada. Le sonrió contento y su sonrisa roja escurrió a su barbilla. Dandole un aspecto más tenebroso y hermoso a la vez.

- Veniste - susurro con emoción.

Sonrió complacido de su reacción.

- Dije que vendría siempre cumplo mis promesas - contesto con obviedad.

Arranco un trozo grande de su presa y se lo ofreció, no dudo cuando lo tomó. El solo hecho de haber venido, daba a entender su respuesta. Cuando mordió el trozo de carne la sangre explotó en su boca, él le sonrió complacido.

Híbrido.            (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora