Parasyte Baby (Garycato) |TERMINADA|

12-. Tan tierna y linda.

Hoy era un día especial, Gary y Avocato habían ido a comprarle ropa al bebé ya que faltaban 10 días para la cesaría del rubio así que es mejor prevenir que lamentar.

Mientras estaban en el sector de ropa de niña el Rubio sintió una punzada en la panza que le empezó a preocupar.

— S-señor creo que la bebé ya viene — Eso puso totalmente nervioso al Vertrexiano.

Lo cargo lo más rápido que pudo hasta el auto y fueron rápidamente a la casa de Quinn, pero algo andaba mal... ¿Por que no se le había roto la fuente? Avocato paro bruscamente al ver que Gary se sentía mejor.

— Fue una falsa alarma señor — Miro la cara de su pareja — Vamos lo siento las personas embarazadas también tienen falsas alarmas — Solamente le acarició la mejilla para intentar calmarlo un poco.

— ¡Agh! Esta bien pero deja de acariciarme — Movió su cara para que el contrario quitara su mano de su cara — No me vuelvas a asustar así ¿Okay? — Se dirigieron nuevamente a la tienda de ropa de bebés.

Ya que habían comprado todo salieron de aquel lugar, las horas pasaron Gary ya había tenido en total 3 falsas alarmas cada una fastidiaba cada vez más al casi felino. Se acercaba la noche el sol bajaba y la luna tomaba su lugar eran aproximadamente las 12:00 de la noche así que no había mucho ruido.

Gary estaba ordenando unos papeles cuando volvió a sentir una punzada pero esta mucho mas fuerte, no le quiso decir a Avocato hasta que le empezó a doler demaciado.

— General... C-creo que la bebé ya viene — El Vertrexiano bajó con algo de fastidio el periódico que estaba leyendo y miro firmemente al zafiro.

— ¿Otra vez con eso Gary? ¡Ya me harte de tus falsas alarmas! — Rodó los ojos — Solo llamaré a la estúpida de Quann cuando estes completamente segur—

Sus palabras fueron calladas por si solas cuando vio que a Gary esta vez sí se le había roto la fuente.

— Me duele... Auxilió, me desmayo...— El menor estaba temblando mientras que lloraba del miedo.

— ¡Nadie te mando a romper fuerte a esta hora! — Marcaba los botones del teléfono con algo de rapidez.

— No es mi culpa... — Se empezaba a agitar y a marear.

— ¡Yo llamaré a Quann por mientras! ¡LIMPIA TU COCHINADA — Le dió una escoba.

— ¿Eh? — Realmente se enojo al darse cuenta del objeto que le habían dado — ¡TIENE QUE SER UNA MALDITA BROMA! — Hizo puchero.

— ¡Cállate y limpia tu cochinada! — Miro con algo de fastidio a Gary por la razón de que le había tirado la escoba.

Tomo al rubio como si fuera una princesa con algo de delicadeza y lo recostó en un sofá que había en la sala, le dijo a los S.A.M.E.S que le llevarán una mantita a Gary y así fue.

—  ¡Me duele! Dígame por favor que ya llamo a Quinn — Que quejaba mientras uno de los robots le tiraba aire con un papelito.

— ¡Claro que la llame! Dijo que llegaría en un par de horas — Se cruzó de brazos mientras se sentaba al lado de Gary.

— ¿¡QUE!? ¡Pero yo no tengo un par de horas! —

— Pues te aguantas no usaré mis poderes para traer a esa maldita bastarda, que ella lo resuelva — En ese momento noto por primera vez que el rubio estaba enojado con el.

— ¡SI NO TRAE A QUINN EN ESTE MOMENTO JURO QUE LE ARRANCARÉ LA PICHULA! — Le jaló la cortaba mientras que lo acercaba a el en forma amenazante.