[La novata popular]

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La mujer castaña se acercó una vez más para sentarse en las piernas de aquel hombre y tomarlo del cuello también. Comenzó a mover sus caderas, sintiendo como la erección del hombre crecía. El viejo se arrojó sobre ella para empezar a besar y chupar sus pechos. Los pezones de la castaña se erectaron con rapidez, y el frotamiento se incrementó en velocidad también. De manera abrupta el viejo apartó sus bragas para introducirse en ella con violencia, lo que la hizo enterrar sus uñas en la nuca de él, cosa que lo excitó aún más y le motivó a incrementar la fuerza de la penetración. El viejo gemía y recorría frenéticamente el cuerpo de la mujer, desde sus pechos hasta sus muslos, los cuales apretaba con fuerza, para luego golpear con la misma intensidad su trasero. Continúo embistiendo, gimiendo y golpeando, todo ese tiempo, la mujer se había mantenido callada, pero al fin habló.

-¿Te gusta primor?-,dijo silenciando un gemido que quería salir.

-Me gusta-,respondía él. La castaña sujetó las manos del viejo y la apartó de su cuerpo, demostrando una enorme fuerza. Tomó el control de las embestidas y aumentó su intensidad hasta que los gemidos del viejo se tornaban poco a poco en quejidos de dolor. Forzó los brazos del viejo sobre su cabeza y con una sola mano sujetó las muñecas ayudándose con el respaldo del sillón.

La mujer jadeaba mientras mantenía el ritmo brutal de la penetración. Con su corazón acelerado y su sonrisa pintada en su cara. Incrementó de nuevo la intensidad de su cadera acercándose cada vez más al clímax, que no se molestaba en ocultar, sus gemidos desquiciados retumbaban en la habitación convirtiéndola en una cámara del amor. El viejo agarró el pelo de la castaña y con ello un espasmo de intensidad inconmensurable la hizo parar.

La mujer jadeaba buscando recuperar el aliento, su corazón se encontraba desbocado y su cuerpo se sentía lleno de luz. El orgasmo había sido tan intenso que sus piernas no le permitieron levantarse de inmediato. El trabajo estaba hecho.

(...)

Himiko Toga. Solía ser una niña dulce disfrutando su felicidad con su familia y amigos, hasta que se cumplieron los 4 años de su vida. Su quirk no tardó en aparecer, la felicidad de la rubia era inmensa pero, ese día su vida cambió por completo.

Sus padres héroes famosos, se avergonzaron del quirk de su hija, parecía más un poder de villano que de súper héroe. Aparte de eso, su aspecto había cambiado. Sus dos colmillos se hicieron más grandes y filosos, su pelo ya no era el mismo sedoso de antes.

Su padre la jaló de los pelos encerrandola en su habitación mientras que discutía con su mujer sobre la situación.

No tardaron en poner en adopción a la niña rubia. Una mujer con mucho dinero decidió adoptarla, Toga pensó que al fín tendría una vida normal nuevamente.

(...)

-¡Togaaaaa! Tienes un nuevo cliente-,gritó una mujer entrando a la habitación de la rubia que estaba mirando su ventana aburrida.

-¿Cuándo podré descansar?-,se quejó la rubia de bollos causando que la mujer de pelo castaño y pechos grandes se acerque a ella jalandola del pelo.

-Tú trabajas para mi así qué ve a ver a ese estúpido niño de pelos verdes y cogetelo como la puta que eres-,dijo enfadada la mujer de pelo castaño causando que Toga gima de dolor al sentir sus pelos tan estirados.

-Chicos... No quiero hacer esto-,se quejaba un peliverde queriendo salir corriendo del Strip House. El rubio y el pelimorado lo jalaron de la camisa y lo sentaron de nuevo en la silla.

-Midoriya acabas de cumplir 17 años y aún eres virgen-,se quejaba Kaminari causando que el peliverde se sonroje un poco.

Mineta lo agarró de las mejillas y lo miró serio.-En este lugar a los aspirantes a ser héroes le dan un trato especial. Yo y Denki compramos a "La Novata Popular"-,decía el pelimorado causando que cuándo dijo el nombre Kaminari y él les de una sensación de tranquilidad.

-¿Y quién es ella?-,pregunto curioso el joven peliverde mientras que sus dos mejores amigos sonrian de una manera espeluznante.

(...)

Toga se puso su traje especial y salió de la puerta que se abre cada vez que sale una mujer diferente. Caminó hasta llegar al clásico asiento y pudo ver a un trío de niños conversando.

-¡Midoriya Izuku!-,dijo la rubia leyendo el nombre que decía en la lista. El peliverde al escuchar su nombre se paró y miro a la rubia con su traje que enseña mucho cuerpo.-Sigueme-,dijo la rubia dándose media vuelta y entrando nuevamente por la puerta.

Izuku miró a sus dos amigos y estos levantaron sus pulgares, tragó en seco y siguió a la hermosa rubia hasta llegar a una zona donde habían dos sofás mientras que la rubia ya estaba en uno.

-Hola bienvenido a "Paradise" el Strip House más famoso de Japón. Usted ordenó que yo sea su Sweet Girl. Como sabrás yo soy especial ya que mi quirk me permite usar el cuerpo de alguien más. Dime como es la mujer de sus sueños y lo complacere-,narraba la rubia ese texto que lo narró tantas veces. De pequeña la obligaron a aprenderse ese texto de memoria.

Izuku negó con la cabeza y titubeo.-Y-Yo quiero que seas tu misma-,dijo el peliverde causando un leve sonrojo en la rubia que nunca nadie le había hecho esa propuesta.

Sweet Girl/FINALIZADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora