Sweet Girl/FINALIZADA

[Su héroe]

Me desperté con mucha dificultad, la noche anterior estuvo en una cita con un chico el cuál había llamado su atención. Este chico se llamaba Izuku Midoriya, es un chico de 16 años, con un cabello parecido a un arbusto verde. Estudia en la academia U.A y tiene en su mente que será el mejor héroe de todos.

Me siento apretada entonces me muevo un poco pero siento que mi cuerpo cae y cuando me quiero dar cuenta estoy acostada en el suelo. Tengo la mirada en el techo, suelto un largo suspiro y veo que de mi cama hay una silueta moviéndose.

-¿Toga? ¿Estás bien?-,dice una voz familiar para mi, su voz suena ronca y dormilona. La silueta se da vuelta hasta quedar con la cabeza colgando de la cama. Otra vez, esos ojos esmeraldas que tanto me gustas se chocan con los míos.

Me toco un poco la cabeza la cuál fue la que recibió el dolor de la caída.-Sí... Creí que tenía mas espacio-,digo dándole una sonrisa amable, él vuelve a cerrar los ojos mientras que deja salir una risa de su boca.

-Es cierto, las camas de la U.A deberían ser mejores-,dijo el tapándose la cara con su mano, con la otra mano libre se despeino el pelo.

Los nervios suben hasta mis orejas y siento un calor subiendo por mi cuerpo.-¿Estoy en tu habitación?-,le pregunto mientras que el vuelve a enfocarse en mí.

-Claro, tú dijiste que querías venir-,dijo el de forma inocente mientras que me miraba de forma seria.-¿No lo recuerdas?-,me pregunta nuevamente, intento recordar los momentos de ayer pero era en vano.

-Sólo pequeñas escenas-,digo frustrada al ver que no podía refrescar mi memoria, él suelta una risa leve para luego mirar el techo.

-Pues... Estuvimos un rato más en el parque, luego cerró y tú insiste en ie a un bar que conoces, así que fuimos y te emborrachaste rápido-,dijo el mientras que me mis mejillas ardían de vergüenza.-Luego te llevé al club y estaba tu jefa. Te pregunte si querías ir igual, negaste y acabamos aquí-,termino de hablar mientras que yo me levantaba del suelo y acariciaba su mejilla con mi dedo chiquito.

-Razonable-,digo soltando una risa y él hizo lo mismo, ambos nos quedamos mirando fijamente. Sentí cierto hilo que ataba nuestras bocas, me acerqué lentamente a su boca, estaba tan cerca que sentía sus respiraciones chocando contra mis labios.

-¡Midoriyaa!-,gritan del otro lado de la puerta causando que él se exalte y se separe bruscamente.

-Iré a ver quién es-,dijo el levantándose con la cara toda roja, caminó hasta la puerta para luego abrirla y ver allí a una chica de pelo negro.

-Oh, Momo-chan. ¿Qué sucede?-,dijo el mirando a la hermosa chica pelinegra. Ella parece que noto mi presencia y me saludó con los ojos.

-Hay alguien que te está buscando... O bueno... A tu amiga-,dijo ella causando que yo miré al chico peliverde y el haga lo mismo.

-Gracias Momo-chan-,dijo el cerrando la puerta prácticamente en su cara, se dio vuelta y se acercó a mi.-No te preocupes, yo me encargo-,dijo él dándome un beso en mi frente, caminó nuevamente hasta la puerta, la abrió y salió.

(Prov Izuku)

Es ahora. En este momento daré el golpe en la mesa. "Para las prostitutas no existen los héroe, sólo los clientes". ¿Qué para ellas no hay héroes? ¿Y éso quien lo dijo? Seré su héroe, cueste lo que cueste.

Bajo las escaleras apretando mis puños, en el camino me encuentro con Ochaco. Ella agarro mi mano tomando mi atención.

-¿Izuku? ¿Estás bien?-,dijo ella con una cara asustada, frunzo el ceño con mucha intriga y me veo en una ventana que estaba ahí. Tengo las cejas apuntando hacía abajo, mi nariz arrugada y estoy apretando mis dientes.

-Me encargaré de algo, avisa a Denki por las dudas-,le digo a mi amiga castaña mientras que ella asintió con la cabeza no muy convencida y subiendo las escaleras apurada.

Abro las dos puertas grandes de madera y salgo al exterior, afuera hay tres autos negros que parecen valer mucho dinero. En uno de ellos se baja una mujer castaña que ya la había visto muchas veces.

-Niño. ¿Dónde esta esa puta?-,dice ella mirandome a mi con una cara de asco, siento mi sangre hervir e intento calmarme lo que más pueda.

-Primero... Ella se llama Himiko Toga y segundo, no te diré dónde está-,digo mostrando mi lado de hombre valiente y héroe, ella se quita sus lentes de sol mirándome seria.

-Niño... No es momento de hacerse el héroe. Tengo una mafia que está pidiendo a su puta-,dijo ella nuevamente causando que mi rabia salga de mi cuerpo. Uno mi dedo del medio y mi pulgar, activo mi quirk en mi mano y suelto mis dedos lanzando una bala de aire que golpea el auto de donde salió la mujer.

-¡DIJE QUE SE LLAMA HIMIKO TOGA Y NO TE DIRÉ DONDE CARAJOS ESTÁ!-,digo levantando mi voz y causando que de los otros dos autos bajen aproximadamente diez hombres con ropa de mafioso y con armas en sus manos.

Por último un hombre de cabello negro apareció entre los diez primeros, este hombre en su mano tenía un cigarro raro y sus dientes eran de oro.

-Mocoso, no tengo tiempo que perder-,dijo este hombre causando que cada palabra haga una mueca en mi cara, su voz era detestable y tenía un aire asqueroso.

-Vuelve por dónde vinieron, ella se queda conmigo-,digo sacando todo mi orgullo de mi cuerpo y dejando el corazón en la mesa. Me doy vuelta y veo que las cortinas de mi cuarto están corridas. Ella debe estar viéndome.

De repente la ventana se abrió de forma violenta y la veo, a la mujer que tomó mi corazón, la chica que derrumbó las paredes de mi cuerpo tocando mi alma cruda. A la chica que quiero dedicar mis Te amo.

-¡IZUKUUUUU!-,gritó desesperadamente mientras que varias lágrimas salían de sus ojos.

Siento un ardor en mi espalda, cuándo me doy vuelta sólo veo fogonazos de un arma. Mi cuerpo pierde su fuerza y caigo al suelo. Escucho varios gritos, también escucho como los autos se van de la zona.

Llevo mi mano donde siento dolor, cuándo mi mano está frente a mis ojos, veo un color peculiar, un líquido rojo está manchado en mi mano. ¿Un disparo?

Siento cómo mi cuerpo se debilita rápidamente y cómo pierdo sangre constantemente. Siento varios dolores al rededor de mi espalda y abdomen.

Lo último que veo es una cabellera rubia. Mis ojos se cierran lentamente y sólo escucho unos gritos ahogados y descontrolados.

Yo sólo quería ser tu héroe, lo siento Toga. Te fallé. Gracias Denki, gracias Mineta. Gracias a sus conocimientos pervertidos, conocí a la mujer de mis sueños. Para mi nunca fuiste una perra, siempre fuiste la niña que sonreía a pesar de su dolor.

Adiós Toga, cuídate.