Inefable

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"Muerte de los pensamientos sobrenaturales"

¿Quién diría, cierto? Que existirían palabras para explicar lo inexplicable y para lo que no tiene palabras ni explicación, una palabra.

Es maravilloso. Es simplemente perfecto. Es inefable.

Y así van unidos lo impredecible con lo completamente predecible, lo que uno se espera y lo que sólo es posible en los sueños. ¿Alguna vez se pusieron a pensar las infinitas capacidades de hacer lo que se nos plazca que nos habilita el poder de la mente? Y no, no hablo de ningún 10% ni de poderes sobrenaturales, hablo de lo que hay aquí dentro y lo que podemos hacer con ello.

Confío firmemente en que nacemos con restricciones, con límites. No digo que nos oculten algún sexto sentido del cuál desconozcamos, sólo digo que nacemos para ser reprimidos, acorralados en las paredes de nuestros ensamientos y hábitos completamente rutinarios y tediosos.

¿Alguna vez te preguntaste el porqué de ese vacío? ¿Alguna vez cuestionaste tu propio estilo de vida y deseaste que, mágicamente, cambiara? Porque yo sí, créanme, y es tan posible como la mera idea de que las sirenas existen, y es muy probable de que anden nadando por ahí y nosotros no las veamos... o sí.

No recuerdo la vez en la que desperté y empecé a ver la vida de otra forma. Tampoco recuerdo la vez en la que comencé a respirar, porque, ¿nunca les ha pasado que el hecho tan automático de respirar se les ha olvidado y han aguantado la respiración sin quererlo? Porque a mí sí, y eso desencadenó muchas cosas que les contaré más adelante. Es magnífico el llamado "despertar espiritual" y lo mejor de todo es que ¡nunca despertamos del todo! Siempre queda algo que descansa esperando sereno a que vayamos a despertarlo con un gran susto y apuro, porque sí, las mejores cosas surgen en momentos de pura desesperación por sentirnos vivos y ahí es en donde surge la mágia.

A lo que voy con todo esto, es que siento en lo más profundo de mi ser que hay algo que habita en todos nosotros que estamos acostumbrados a tapar.

El talento, por ejemplo. Todos tenemos talento y somos autodidactas en algo..., pero estamos tan acostumbrados a vivir debajo la sombra de algún ídolo o debajo del caso 1 entre 100, que olvidamos lo valiosos que somos para nosotros mismos. Deseamos con todas nuestras fuerzas ser ese caso número 2 de 100 que nos perdemos sin deseo alguno. Y está bien, es normal, aspiramos a algo que podemos ser sin contar lo que ya somos; porque pasa siempre, ¿no es cierto? siempre queremos ser más de lo que ya somos, dar más de lo que damos y perdernos más de lo perdidos que estamos con tal de sentirnos un poco más cerca de aquello que se ve tan lejano...

Pero tranquilos, llega ese día en el que dices (con guión y todo):

—Mierda, he pasado mi tiempo desaprovechando y midiendo el tiempo, mirando lo que hace el otro, en vez de mirar lo que tengo en frente. He pasado tanto tiempo..., no, he dejado pasar el tiempo olvidando por completo quién era o, mejor dicho, quién quiero ser sin tener la necesidad exigida de ser ese alguien que todos están acostumbrados a ver.

Y estallamos. Y la magia comienza. Y el despertar inicia y se siente tan bien.

Así pasa siempre. Nos concentramos en el otro que nos olvidamos la razón por la cuál estamos acá, en este basto mundo: para ser felices.

Estamos acostumbrados a vivir con miedo, angustia, tristeza, vergüenza, timidez. Estamos acostumbrados a sacarnos el poco sentido común que nos queda luego de esta masacre llamada "muerte de los pensamientos sobrenaturales", porque quizá no existan los poderes mágicos, y quizás tampoco podamos volar ni tampoco mover los objetos con la mente; pero sí que existen el poder de los pensamientos, eh, y confíen cuando digo que somos lo más sobrenatural y extraordinario que existe en este maldito mundo, y nuestra capacidad para pensar las cosas es infinita y sublime.

Todavía voy en busca de ese "gran principio" para esta ¿novela? y créanme que lo haré, les daré el mejor inicio que algún día habrán leído (o el peor, quién sabe), juro que se los daré.

Si algo aprendí es que la mente es engañosa, y todo se basa en decirnos cosas lindas y positivas hasta que nuestro cerebro se las crea y comience a procesar lo que nos pasa de esa forma. Es mucho mejor decirnos cuántas posibilidades hay de acertar en un mundo de fracasados que fracasar y convertirnos en un fracaso constante.

Además, si fracasamos, ¿cuál hay?

-Noah.

Lágrimas embebidas en licorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora