Capitulo único

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No amas a nadie

Después de haber conocido otra realidad, de descubrir que esas palabras que algunas le dijo una de sus esposas eran verdad. Fue increíblemente doloroso, fue doloroso ser abrazado, querido y amado por aquel hombre que tanto tiempo juro odiar, pero fue un sueño hecho realidad que no sabía que su corazón guardaba. Aquella mirada llena de amor, aquella habitación que guardaba con cuidado y recelo propiedad del "Luo" de esa realidad. Incluso si fue impactante descubrir que en esa realidad no había ninguna de sus esposas que le amara, pues cada una de ellas vivía una vida lejos de él.

Varias integrantes de su Harem bajaron a los calabozos para ver su estado, pues ellas estaban sorprendidas y asustadas por el comportamiento de su esposo por esos dos días. No era común ver al rey demonio correr por cada uno de los pasillos y dirigirle una mirada desinteresada a cada una de sus concubinas y preguntar con tanto empeño "¿Dónde esta Shizun?" como si su vida dependiera de eso, ni siquiera Sha Hualing (la principal esposa de Luo BInghe y a quien mayor atención prestaba el mismo) podía regresarlo en sus cabales. Solo fue una de las concubinas que menos tiempo pasaba con Luo Binghe quien logro calmarlo. La misma que alguna vez le había dicho de manera directa y dolorosa al Luo Binghe de esa realidad, "No amas a nadie".

Hace algunas primaveras atrás.

Luo Binghe en alguno de sus paseos por su reino de humanos y demonios conoció a una cultivadora que venia de tierra extremadamente lejanas, que había surcado mares y océanos; desiertos y selvas; bosques y ciudades. Aquella cultivadora de tez morena había capturado la atención del rey demonio. Su manera tan descarada de decir orgullosamente que empleaba un cultivo mixto; la manera tan ordinaria y común con la que trataba a demonios, espíritus y humanos por iguales. Eso solo le hacia pensar a Luo Binghe que el lugar donde ella proviniera la convivencia de demonios y humanos era común, tal como en su reino.

Aquella dama ni siquiera parecía importarle al grupo con la que venía, siempre la trataban como una sirvienta incluso un poco mas denigrante que eso, Luo Binghe solo podía sentirse identificado en aquellos años como discípulo de Shen Qingqiu. Pero aquella dama no tenia ni una pisca de odio o enojo, solo sonreía alegremente a sus compañeros, y tímidamente a desconocidos como él. Hablándole con respeto y comodidad a sus esposas, pero evitando la mirada a toda costa con él. Ella era interesante, su cultivo no se basaba en espadas ligeras, si no en una espada tan gruesa y grande que parecía imposible que su pequeño cuerpo pudiera cargarla, con técnicas de cultivación que se basaba en un baile energético y tosco, con precisión y rapidez, nada comparado con el baile delicado de Liu Mingyan.

Por su contraparte la expresión de ira en el rostro de Luo Binghe era algo que asusto a mas de una de sus concubinas, que no costumbraban a verle con expresiones tan toscas en su rostro. Lagrimas silenciosas bajaban por sus mejillas demostrando la frustración que aquellos hombres le habían provocado, ¿Por qué no podía gozar de un amor tan cálido y cerrado como aquel? ¿Por qué le había tocado a él un Shen Qingqiu resentido con la vida? ¿Por qué no podía ser él? Sin meditar y dejándose llevar por aquella derrota, por aquel recuerdo vergonzoso de sentirse humillado y menospreciado, de recordar que al mundo no le importaba en lo más mínimo, creo un ataque que fue repelido con rapidez por las damas con mayor agilidad en su cultivo. Gritando con el mayor dolor que podía escucharse alguna vez en su garganta, rápidamente grito que todas sus esposas se alejaran, que lo dejaran solo. Con caras consternadas y siendo obligadas por otras damas, fueron saliendo una a una de aquel calabozo, cuando por fin iban a retirarse Sha Hualing, A-Ning y aquella concubina, Luo Bingge le pidió a esta ultima que se quedara. En esos momentos no necesitaba una amante para reconfortar su dolor y frustración, necesitaba una amiga y madre que le dijeran las cosas como eran y no lo que quería escuchar. Liang Tao era perfecta para eso.

No Amas a nadie - SVSSSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora