Eclipse || ꜰʀᴇᴅᴇᴅᴅʏ

4∘˚˳° "Weekend"

Trama: Donde Freddy quiere entender los solitarios fines de semana.

Género: Angst/Drama.

Estimado de palabras: 1872 palabras.

Dedicación: Ninguna.

Pedidos de adaptación: Ninguno.

✨✨✨✨

La luz de la mañana entró por la gran ventana de la habitación de Freddy.

Abrió los ojos pero apartó su mirada rápidamente al ver la luz intervenir en su vista, lentamente su visión se adaptó a la claridad haciéndole ver que estaba en su cama.

Era increíble. Su cama matrimonial ahora lucía tan, pero tan grande siendo que se encontraba solo; era muy irónico que su cama fuera individual cuando el chico pelinegro dormía junto a él en ella. A duras penas se sentó de la cama con la intención de despejar ese estado de somnolencia y luego de ello se puso de pie dando unos cuantos pasos hacia la ventana para mirar cómo la luz diurna bañaba la ciudad que ya estaba despierta. Desde su piso la vista era linda pero nada de eso le importaba ahora.

Tomó su teléfono de la mesita de noche para revisar la hora y al encender el móvil, sus ojos azules pasearon por la pantalla de bloqueo explorando notificaciones que descartó al deslizarlas, hasta que finalmente fijó su mirada en la fecha y fue cuando se maldijo internamente.

Viernes.

Ahora dirigió su mirada a la cama con las sábanas blancas desordenadas y comprendió que se encontraba solo en el apartamento. De nuevo.

Caminó a rastras a través de la habitación hasta adentrarse en el cuarto de baño donde se dispuso a darse una ducha. Su rutina era algo extraña, normalmente decía que la relación con su novio era perfecta, y no podía confirmarlo del todo ya que realmente no existía un estándar fijo de lo perfecto para las personas, o al menos para él. La falla en su noviazgo era una sola pero aunque solo fuera una, se veía afectado más de lo que pensó.

Cuando Freddy conoció a Fred, su mundo se detuvo. Y así, los pasos que daba ese día por el campo de flores cesaron gracias a que su azulina mirada dejó de lado el camino y se centró en ese chico que pasó a su lado; su alrededor pareció ir en cámara lenta y sus latidos parecieron acelerar, y aunque no planeaba ser disimulado, quiso intentarlo para no quedar como un tonto, para su suerte el contrario también imitó sus acciones.

Para el castaño existían un sinfín de palabras con las que podía describir su relación y a su novio, de repente parecía un sueño demasiado etéreo del cual nunca quería despertar. Ya no entendía a la gente que adoraba los fines de semana; en su tiempo, él también supo apreciarlos, pero desde que Fred formaba parte de su vida, los detestaba con todas sus fuerzas.

Los fines de semana, Fred tenía que salir a trabajar.

Tenía un horario muy confuso, el asunto era que jamás había disfrutado de un viernes, sábado o domingo con él, ya que estaba en otra ciudad haciendo su labor. Él decía que el mejor día de la semana era lunes porque era el día que su novio regresaba a casa, siempre esbozaba una sonrisa cuando esperaba ver al pelinegro cruzar por el umbral de la puerta.

[...]

Como para una persona que espera con demasiadas ansias a que llegue cierto momento, Freddy sintió la pesadez de tres largos días acompañado de una notable soledad. Ahora que por fin era inicio de semana, aprovecharía al máximo cada minuto para estar junto a su amado; de pronto escuchó un tintineo en el exterior seguido del sonido del picaporte moviéndose. Se alegró.