Prologo

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— Mamá.

— Dime cariño.

— ¿Crees que yo pueda entrar a yuei?

La mayor lo miro con unas lágrimas asomandose por sus ojos y le contestó con dolor en su alma.

— Oh mi amor, estoy segura de que entraras –lo abrazo con todas sus fuerzas y las lágrimas que estaba guardando salieron liberadas–.

— ¿Mami te sientes bien?

— Si mi vida.

Su pequeño hijo corría peligro, sobre todo luego de que se enteró de que era omega y del destino que le espera en esa horrible Universidad.

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La población sólo era el patio de juegos de los altos mandos.

En este mundo no hay más que resignarse y bajar la cabeza.

Yo no sigo reglas, las hago, y si es necesario las rompo.

¡No me importa lo que pienses; podemos cambiar el mundo junto!

¿Para seguir llorando por algo que nunca existió?

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— Oe.. vieja.

— ¿¡Qué te he dicho sobre hablarme asi!?

— Si si, como sea; ¿Que hay de esa estúpida universidad?

— ¿Yuei?

— Si, esa misma.

— No se nada de ella –contesto desviado la mirada y caminando a la cocina–.

— Sabes que tarde o temprano me enterare.

Dijo sin mirar hacia donde se había ido su madre.

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¿¡Por que mierda son asi!?

Estúpido gobierno, estúpida universidad, estúpida vida mal parida.

Pudiste haberme advertido.

¡Y una mierda me voy a quedar aquí!

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¿Estas bien?

— He estado en peores.

— Eso veo –dijo mirado disimuladamente parte de su cara–.

— Para ser disimulada eres muy obvia.

— Lo siento.

— Ya no importa, ¿Cuando es el viaje?

— A principios de enero.

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Te odio.

¡Madre detente, por favor!

¿Donde está mamá?

¡Tu eres el único monstruo aqui!

No quiero estar en esta estúpida familia.

Sabes que escapare a la primera oportunidad que tenga.

Hasta nunca viejo.

ALMA MATERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora