Toga sujetaba las muñecas del peliverde sobre su cabeza mientras que su cuerpo estaba encima de este.
-¡¿Suicidarte?! ¿¡Tan bajos ibas a caer!?- le gritó esta en rabia y lágrimas.
-¡No puedo con esto, toga! ¡No prometí matar, ahora mira, mis manos manchadas con su sangre!- le gritó el chico en lágrimas y miedo.
-¡Es por tu bien, en esta vida nada es feliz, izuku. Debes hacer lo que sea para sobrevivir!- respondió.
-¡Existen diferentes métodos!-
-¡Ninguno te ayudará a menos que mates a tus enemigos. Dejarlos vivo solo los hará volver por ti en el futuro!- gritó esta.
El chico no respondio, en cambio, solo guardo silencio y miró a otro lado.
-mirame....¡¡Mírame maldita sea!!- le gritó la joven y este la miró con sus ojos rojos.
La partida dió la vuelta, el chico ahora estaba sobre ella sujetandola del cuello.
-vaya...hacerle enfadar así...estás loca- respondió el peliverde con sonrisa sádica y divertida.
-maldito- respondió ella al ver que éste hizo levitar un cuchillo a su mano.
-¿Que tal si acabamos con el problema ?- se puso la daga en su cuello- él o tu...elije- le dió a elegir.
-jamas dudaré en esa decicion...prefiero que me mates- respondió la chica.
-lo se. Por eso te odio-
...
-respira- le dijo ella.
-...- el peliverde se impervertilaba poco a poco al ver su mano sujetar una daga que estaba encajada en el hombro de toga.
-tranquilo- dijo ella acariciando su rostro.
-...- el chico comenzó a temblar violentamente mientras que retrocedia.
-no duele cuando te acostumbras- ella se retiró la daga y cubrió la herida con una venda- iré a coserla.
El peliverde miró como la chica se levantaba y salía de la habitación y luego miró la daga.
Toga miró la pequeña herida, pero era profunda y suspiro.
Pensar que el peliverde volvió en sí y desvío la daga.
Pero aún así la encajó.
Cuando logró coserla, después de varios minutos y vendarla, regreso a la habitación para encontrarse al peliverde sujetando la daga encajada en su abdomen.
-¿¡pero que haces!?- ella saltó sobre él para mirar la herida- ¿¡Acaso quieres matarte...- ella detuvo su frenesí y miró al chico quien sonreía con lágrimas.
-te lastimé...así que este es el castigo por herirte...si soy capaz de matarte sin darme cuenta...prefiero morir...-
Ella miró entristecida al chico, así que le dijo que se arrecostara mientras que ella se encargaba de la herida.
Fue una noche muy larga después.
Para luego seguir con la caza.
...
-ahhh~- aunque ese no era el plan de toga.
Ella daba fuertes sentones sobre la cintura del peliverde quien la sujetaba por la cintura y embestía con fuerza.
-besame- el pidió al chico quien la tomó por detrás y unió sus labios.
Bueno. Estos lo hacían cada noche.
. . . .
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