JIKOOK OS ✧ ARE YOU CALLING ME A SINNER?

Am I a sinner?

Jungkook era el capitán del equipo de fútbol de la universidad desde hacía un par de años. El típico chico popular que arrancaba suspiros a toda la facultad y que tenía un largo historial de corazones rotos. Le gustaba pasarlo bien sin compromiso alguno, y generalmente no se molestaba en entender los sentimientos de otras personas.

Para él se trataba solo de un lío tonto por el calentón, o acostarse con quien fuese si eso le iba a hacer pasar un buen rato. Las emociones no estaban involucradas en sus noches de pasión. Incluso a veces tampoco lo estaban los nombres de las personas con las que estaba. Era algo tan casual y esporádico que al día siguiente ya lo había olvidado.

Le había causado algún que otro problema, pero no le daba mucha importancia. Según él tendría otra persona esperando por la noche. Y así era.

A veces llegaba a ser un completo gilipollas. Pero no era ningún secreto que era el fuckboy más demandado de la universidad y que si te metías en algo con él, saldrías malparado. Además, al ser el capitán del equipo de fútbol y guiarlos de victoria en victoria, tenía un respeto merecido y ganado por la mayoría del campus. Era difícil odiarlo.

E inevitable quedarte embobado mirándole si pasaba a tu lado. Piernas infinitas normalmente apretadas en sus jeans negros, camisa semi-abierta que dejaba entrever su trabajado pecho, y aquel pelo medianamente largo que caía en mechones ondulados sobre su rostro. Era un manjar irresistible. 

Y así lo era también para Park Jimin.

Park Jimin era un año mayor que él. Innegablemente atractivo también, pero de otra forma. Jimin parecía un etéreo ángel mientras que Jungkook se asemejaba más a un caliente demonio. Pero aun así ambos podían cortarte la respiración y el pulso con su mirada.

El pelo rosa del mayor solía combinar con sus mejillas ruborizadas y sus esponjosos labios siempre decorados con su gloss color cereza. Tenía un cuerpo de infarto después de llevar trabajándolo toda la vida gracias al baile, pero en vez de mostrarlo como Jungkook, lo solía esconder bajo sus grandes jerseys y sudaderas. Así era cómo él se sentía más cómodo, cuando podía agarrar los puños de sus suéteres o volverse más pequeñito de lo que parecía dentro de ellos.

Jimin llevaba conociendo a Jungkook desde hacía muchos años, muchos antes de que ambos comenzaran la universidad. De hecho fue él quien le convenció para que aplicase para su universidad en la que finalmente fue aceptado, para poder seguir viéndolo todos los días.

Era uno de sus mayores secretos, llevaba enamorado de Jungkook desde que tenían quince años. Antes de que Jungkook se volviese el playboy favorito de todo su círculo de amigos. Antes de que el menor creciese y desarrollase aquellos músculos que llevaban a cualquiera por el camino de la amargura.

Cuando tan solo era un niño asustado, cuando jugaba a la play con él soñando con ser el mejor jugador de fútbol que viese el mundo entero. Cuando Jungkook se abrazaba a Jimin quedándose dormido mientras veían una peli. Cuando le miraba desde abajo porque aún era más bajito que él.

Se enamoró sin quererlo, ambos pasaban tanto tiempo juntos desde que eran pequeños ya que sus madres eran amigas, que crecieron hombro con hombro compartiendo sus mejores y peores momentos.

Pero según se fueron haciendo mayores se fueron distanciando inevitablemente. Hobbies diferentes, amigos distintos, años de diferencia... A pesar de haber ido a la misma escuela el tiempo también les faltaba para compartir tantos momentos como cuando eran pequeños. Pero eso no quitaba que siguieran apreciándose y queriéndose mucho. Aunque no lo dijesen como antes, aunque ahora apenas se abrazasen, ni se mirasen.

Jimin se había sorprendido un par de veces que Jungkook lo había llamado llorando por problemas con su padre o con la universidad, yendo al lugar donde estuviese inmediatamente para poder estar con él. Breakdowns en los que se mostraba completamente vulnerable como hacía años.