1: The New Girl.

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El hecho de que Chloe estuviera buscando su teléfono por la habitación, y este llegando tarde a la escuela es algo que no suele suceder menos de una vez por semana.

La pelirroja suele ser muy despistada, y su habitación, a veces, es un desastre.
Con el simple recordatorio de solo ponerlo bajo la almohada basta. Pero no, Chloe no recuerda dónde lo dejo la noche anterior.

– Me lleva.– Suspiró mientras seguía buscando.

– ¡Chlo llegamos tarde!– Dijo su amiga desde abajo.

– ¡Ya voy!– Grito para que ella supiera que estaba yendo.– ¡Te encontré!– Dijo tomando el teléfono. Lo guardo en su bolsillo trasero, tomo su mochila, y salió disparada al piso de abajo.

– ¡Al fin!, ¿Que estabas haciendo allá arriba?– Preguntó su amiga Aubrey al verla.

– Mi teléfono. No lo encontraba. Será mejor que nos vayamos, porque llegaremos tarde y eso para mí no es opción.– Dijo para comenzar a caminar fuera de la casa, camino a la preparatoria.

Al llegar, efectivamente, iban algo tarde, y, al entrar al aula, el profesor las regaño de una manera demasiado recta. Chloe dijo que no volvería a pasar, más para ella misma que para el profesor.

Fueron a sus respectivos asientos, y prestaron atención a la clase, al escuchar las campanas, al contrario de los demás, tomaron sus cosas con calma, se pararon de sus asientos y se dirigieron a los casilleros.

Cuando pasaron por la oficina del director para ir a los casilleros, vieron a una chica sentada ahí, de manera que Chloe, no pudo evitar mirar un segundo.

– Jamás había visto a esa chica antes por aquí, ¿Es nueva?– Preguntó Chloe para si misma.

– ¿Que dices?– Preguntó Aubrey, observando a su amiga.

– No, nada. Repasaba la clase.– Mintió.

Cuando pararon frente a sus casilleros, dejaron las cosas dentro y se dirigieron al comedor, para poder comer algo, debido a que Chloe no desayuno por esa salida tan apresurada.

– ¿Crees que entre alguien nuevo a la escuela?– Preguntó Chloe a su amiga, tomando una manzana en la fila.

– No, ¿A medio semestre?, Me parece algo tarde.– Dijo su rubia amiga, tomando una botella de agua.

– Si, bueno, a veces se integran tarde. He visto a algunos integrarse a más de mitad del año escolar.– Soltó Chloe mientras iban a sentarse a su mesa de siempre.

– Hay muy pocas posibilidades. Pero, es posible.– Dijo Aubrey tomando asiento en la mesa.

Chlo se sentó frente a su amiga, y comió tranquilamente, sin necesidad de apurarse.

– Que sea la última vez que te retrasas. Ni dado tiempo a tomar una fruta para el camino te ah dado.– Dijo Aubrey con burla de forma amistosa.

– Lo se, pero no quería tardar más. Sabes que odio llegar tarde.– Dijo Chloe mientras se llevaba la manzana a la boca.

– Odias todo lo que te dé problemas Chlo.– Soltó su amiga mientras agarraba su botella para tomar agua.

Y era cierto. Chloe no lo admitiría nunca, pero todo lo que le diera problemas, no le agradaba.

Chloe era una chica simpática y alegre, pero no le gustaban los problemas, y ella era alguien que prefería verlos de lejos y desde fuera. Ese no era su entorno y no era la vida que quería.

Mientras más lejos de los problemas estuviera, mejor. Le facilitaba más el trabajo de esquivarlos.

Aunque Chloe no tuviera ningún problema, ella sabía y aceptaba que la perfección no existe. No era su intención aparentar ser perfecta ante los demás. Ella solo era quien era, y no demostraba más que eso.

Ella no se creía más que nadie, ni mucho menos. Trataba a todos por igual, sin importar razgos físicos, o sociales. A los ojos de Chloe, todos eran imperfectos, pero hermosos.

Aubrey siempre decía que en el mundo se necesitaba más gente como Chloe. Gente optimista, sin ningún aire de envidia, odio o desprecio por alguien. Un ser lleno de luz y alegría, que era capaz de iluminar el mundo con esos ojos y esa sonrisa.

Y era por eso por lo que Aubrey admiraba tanto a su amiga. Por ser una persona única pero a la vez natural, sin necesidad de tapar nada de lo que es. De brillar y caracterizarse por hacer brillar a los demás igualmente.

Por amarse y amar a todo ser vivo que habita el planeta, por no odiar a nadie y querer que todos sean felices.

Chloe era un solcito, una niña en cuerpo de adolescente. Risueña, colorida y soñaba con un mundo donde el dolor y el odio no ganarán al amor y la paz.

Podía sonar pacifista, pero la personalidad de Chloe fue forjada de esa forma.

Sonó la campana, dando por finalizado en almuerzo. Las chicas tomaron sus bandejas, botaron lo que quedaba de comida en la basura, y dejaron las bandejas arriba del cesto, para luego dirigirse a su próxima clase.

– ¿Que nos toca ahora?, ¿Lo recuerdas?– Preguntó Aubrey.

– Química.– Dijo Chloe mientras tomaba los libros correspondientes. La rubia asintió.

Luego de tener sus libros se dirigieron al salón, y se sentaron juntas, cómo era costumbre.

Cuando el profesor entro al salón, todos saludaron cordialmente y la clase empezó.

El profesor dió unas indicaciones de las cuales debían tomar notas, y, de esas notas, llevar a cabo un experimento.
Y cuando todos estaban por empezar a intentarlo, la puerta se abrió dejando ver a una chica de baja estatura, pelo moreno con mechas azules en el, jeans negros razgados en las rodillas, una camisa de color gris, tatuajes en la muñeca, y auriculares colgando de su cuello.

– Lindo problema andante este.– Susurró Aubrey a Chloe. Quien miraba atentamente a la chica.

– ¿Esta es el aula C de séptimo?– Preguntó.

– Si, esta es.– Contesto el profesor. La chica le extendió un papel y el lo tomo.– ¡Claro!, Chicos, ella es Beca Mitchell. Su nueva compañera. Espero que todos la traten como se debe y sean educados y respetuosos.– Dijo mientras miraba a sus alumnos.- Puedes ir a sentarte.– Le dijo y la chica comenzó a caminar.

– Vaya. No da muy buena impresión con las pintas que lleva, sabes.– Dijo Aubrey, observandola, y Chloe asintió, pero debía admitir que la chica era muy bonita. Y tenía unos ojos preciosos.

Pero, si bien Aubrey no se equivocaba, esa chica podría ser una muy mala influencia, o un problema grande.

I Knew You Were A Trouble (Bechloe)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora