Te sentías así, como el viento fresco y veraniego. Lleno de emociones sabiendo que estaba a punto de llegar la mejor época del año. Vivaz y presente, causado euforia y emoción.
Así me sentí, tal cual niño en vacaciones, a punto de reír hasta reventar, de disfrutar y gritar.
Te veías así, libre por donde pisaras, seguro hasta en las mentiras, amante de lo oculto y lo prohibido. Sin temor a nada, sabio del dolor. Creyente de la vida y con poca fe hacia dios. Eso te hacía alucinante.
Justo como el viento siempre contra corriente, haciendo lo que se te viniera en gana
Justo como el viento, revolucionario de ideas y de aldeas.
Justo como el viento, dador de paz pero también dador de desastres.
Justo como el viento, caótico e imprescindible.
Justo como el viento, libre y contento.
Justo como el viento, de nadie pero para todos.
Justo como el viento, loco y vivo.
Justo como el viento, ese que despeina y eriza la piel.
Justo así eras como el viento
Te sentías así, como una recompensa después de tanto esfuerzo, cómo si la vida me sonriese, pero que tonta fui al confiarme y tú que cabron fuiste al alentarme.
