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La enfermera corría con todo lo que sus delgadas piernas le permitían, no quería hacer esperar a su tan apreciada enamorada, sumándose a esto el hecho de que tampoco deseaba verla molesta, pues así evitaría un posible conflicto con ella

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La enfermera corría con todo lo que sus delgadas piernas le permitían, no quería hacer esperar a su tan apreciada enamorada, sumándose a esto el hecho de que tampoco deseaba verla molesta, pues así evitaría un posible conflicto con ella.

Su recorrido duró máximo tres minutos, tiempo increíblemente rápido para ser ella, teniendo en cuenta sus constantes tropiezos y caídas vergonzosas. Finalmente pudo distinguir la silueta de la modelo definitiva. Sonrió, llegando a abrazarla por detrás.

No se le devolvió aquella muestra de afecto, al contrario, el repentino sonido seco que creó su mejilla, combinada con el azote de la mano izquierda de la rubia, hizo que le mirara confundida y asustada, mientras que su vista se volvía borrosa, de nuevo se encontraba a punto de llorar.

—¡Tardas demasiado! —estalló— ¡Eres una completa inútil! —gritó, tan fuerte que incluso sintió como su garganta se desgarraba con levedad. Las miradas afiladas que las personas dirigían hacia su persona bajaron sus ánimos, cambiando de manera drástica su actitud y tono, pasando a ser uno un tanto deprimido— Hey... no llores, fue tu culpa después de todo —jugó con su melena un poco, a su vez, ella también comenzaba a llorar, alarmando a la enfermera.

Mikan secó con rapidez las lágrimas que caían por sus ojos, preocupándose más por el estado en el que se encontraba su supuesto ser amado que en su propio dolor y sentimientos. De nuevo, había arruinado todo.

Se acercó un poco más a la alta, completamente nerviosa y, sin saber muy bien que debía hacer para que dejara de llorar, tomó una de las manos con uñas postizas, sosteniéndola entre sus propias manos, vaya la redundancia.

—¡Perdón, perdón, perdón, perdón...! —exclamó, llorando de nuevo—. Haré lo que sea, ¡tan sólo perdóname, por...!

—Ya, lo que puedes hacer es lamer el piso —habló, interrumpiéndola, tal como si sus propias palabras fueran carentes de emociones—. Anda, hazlo... sólo así te perdonaré —continuó, en su rostro sólo se reflejaba una seriedad que podía resultar, incluso, un tanto amenazante.

En el rostro de la enfermera definitiva podía apreciarse cómo esta estaba más que confundida. Aquello era totalmente normal y comprensible, pues no todos los días alguien te pide hacer tal cosa, mucho menos teniendo en cuenta como todos los de su alrededor la despreciaban y, algunos, odiaban.

Pero Junko era distinta, ella la perdonaba. Ella la quería.

Entonces lo demás no importaba. Entonces humillarse para que la quisiese no significaba nada.

Y, así, hizo lo que la contraria quería.

escribir incoherencias en mitad de la noche es mi pasión

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escribir incoherencias en mitad de la noche es mi pasión

no me funen

seguramente mañana mismo borre esto, quizás lo continúe

en cualquier caso, soy consciente de que nadie llegará a leer esta basura AJDHJ

Love or Despair [Junko x Mikan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora