Paso 4

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Treinta minutos antes de hornear, coloca ambos rollitos en la nevera. Precalienta el horno a 175° centígrados.

— ¡Sí mamá, ya falta muy poco! — Joaquín habló por teléfono — Sí, te llamaré cuando termine, para que estés tranquila y sepas que no se incendió la casa —

Joaquín encendió el horno y esperó a que se calentara a la temperatura adecuada. Volvió a la sala y le ofreció un jugo al castaño.

— Toma. El jugo de naranja que pediste, Emilio —

— Gracias, Joaquín — El mayor tomó el jugo sin brindarle ni una mirada. Ni una sonrisa.

El mayor ya estaba articulando palabras, pero no una sonrisa. Al menos, el que Emilio hablara ya era una mejora para Joaquín.

Aunque, había algo que no estaba bien; había tensión en el aire. El chico de largos rizos jamás lo llamaba Joaquín a secas, ahora, lo estaba haciendo. ¿Por qué?

Joaquín ignoró eso y regresó a la cocina, para sacar los rollitos de la nevera, listos para ser horneados.

— No te desesperes, Emi. Ya casi están listas —

— Tómate el tiempo que quieras Joaquín. No tengo prisas a que estés conmigo —

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