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POV Edward

Mi vida termino hace casi un siglo.

Al menos la humana.

Quisiera decir que en esta vida no he cometido errores, pero mentiría.

Soy una de las criaturas mas peligrosas que habitan el mundo.

Puedo lucir angelical, pero que mi apariencia no los confunda.

Soy Edward Anthony Masen Cullen y soy un Vampiro.

He matado personas.

Ellos no eran buenos, eran monstruos como yo.

Aunque creo que todos tenemos un poco de ese demonio que me acompaña a mi de planta y a todos los que son como yo.

— Iremos a cazar, ¿vienes?

La voz de Alice me sacó de mis pensamientos.

— No.

Ella ni intento molestarme como acostumbraba, eso era raro.

Estábamos de vacaciones.

Dentro de dos semanas regresaremos a clases.

Vi a mi familia alejarse a velocidad sobrenatural.

Mire toda mi habitación en un vistazo rápido.

¿Que estoy haciendo con mi vida?

La repisa con lo CD seguía ahí, al igual que la pila de libros en el pequeño sillón junto a la ventana.

Mi vida era tan monótona que hasta deseaba escapar.

Salí de la habitación a paso humano y de igual forma baje las escaleras.

Mire hacia la sala una vez abajo y me dirigí a mi piano.

Acaricie el borde de este para luego disponerme a sentarme en el banco de madera y levantar la tapa del piano.

Comencé a tocar, deje que la música fluyera.

(...)

Cuando acorde mi familia había regresado y me aplaudía.

Era extraño, pero me gustaba.

— ¡Me encanto! –dijo Alice muy sonriente.


Estaba apunto de decir algo pero se escucho un aullido.

— ¿Que pasara? –murmuró Carlisle.


Esme estaba por decir algo pero el teléfono comenzó a sonar.

Emmett fue el que tomo la iniciativa y contesto.

— Residencia Cullen –dijo a modo de saludo.


— Buenas noches, soy Billy Black –contesto aquel hombre al otro lado de la linea.

— ¿En que podemos ayudarlo Sr. Black? –pregunto Emmett tratando de sonar amable.

— Solo quiero informar que los chicos iniciaron su transición, no queremos problemas –dijo el Sr. Black.

— No los habrá señor, nosotros respetamos el tratado –dijo Emmett tranquilamente.

— Gracias y perdón por molestar –dijo y Emmett negó como si aquel hombre pudiera verle.


— No se preocupe, es un placer –dijo Emmett mientras fruncía el ceño.

— Buenas noches –dijo el hombre a modo de despedida.


— Buenas noches –dijo Emmett y colgó.


— Iré a cazar –dije y ellos asintieron.


Espero les guste.

Continuará...

Nov-21

Cuando El Sol No SalgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora