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POV Edward

Sentir el aire helado en mi rostro era algo relajante.

A veces solo quisiera correr y no parar hasta llegar al punto de que al fin encontrará un lugar en el mundo en el que si encajé.

Los días eran iguales con excepción de que no había clases, en ocasiones las extrañaba, no porque fuera a aprender algo nuevo, las voces que llegaban a mi mente me mantenían ocupado.

Todo eso cambio el día que toda mi familia cazaba junto a mi.

— ¿Ese hedor es el de los lobos? –cuestiono Rosalie con el ceño fruncido.

— Rose –regaño Esme viéndola de una manera reprobaste.

— No lo digo a modo de ofensa, es solo que creí que sería peor –dijo relajando un poco su entrecejo.

Ahora que lo decía hasta podía ser apetecible el olor que desprendían pero no tanto como lo era el apetecible olor de los humanos que más que nada contenían el líquido por el que matariamos si fuéramos como los otros vampiros.

— Rose tiene razón, huelen bastante bien para ser perros –dijo Emmett ganándose un zape de parte de nuestra enana hermana.

— Deberíamos ir a saludar –propuso Esme con un entusiasmo que se reflejaba en sus ojos.

—No creo que sea correcto –dijo Carlisle ¿Incómodo?

Me encogí de hombros para luego simplemente seguir a Alice que ya comenzaba a caminar con rumbo a la frontera.

— Bien...

Escuché a Carlisle murmurar pero aunque no podía sentir lo que sentía, podía ver en su mente que no quería problemas y el olor lo incomodaba.

Al llegar pude ver a un enorme lobo negro que parecía estar ¿Jugando? Con uno color arena más pequeño de tamaño.

— ¡Que tierno! –chillo Alice logrando que ambos lobos nos mirarán.

"Ve a casa Seth"

Fruncí el ceño al escuchar la voz del lobo negro.

"Pero Sam"

Ese era claramente un reproché.

— Perdón por interrumpir, pero nos vinimos a presentar, somos...

Un gruñido causo que Carlisle dejara de hablar pero no era de ninguno de los dos lobos a la vista.

"Tranquilo Paul"

Le dijo el lobo negro a otro que se hizo presente.

— Soy Emmett –mire de reojo a mi irreverente hermano.

El lobo recién llegado lo volteo a ver con odio, al menos eso parecía al principio ya que luego sus pensamientos se dispararon y el brillo que prometía dolor si siquiera sé atrevía a cruzar se desvaneció dando paso algo más, algo muy parecido al anhelo.

— ¿Que...?

Escuché la voz confusa de Jasper, lo mire de reojo y su semblante neutro no estaba, su ceño estaba ligeramente fruncido y sus labios apretados en una línea recta.

"¿Eso es posible Sam?"

La voz del lobo de menor tamaño, ¿Seth? Sonaba con un deje de emoción y miedo a partes iguales aunque solo de eso solo Jasper podría estar seguro puesto que era el quien poseía el don de controlar las emociones.

"Me temo que si, recuerda que el Sr. Black también imprimo en un frío, lo que me recuerda que debemos de ir a su casa y saludar a su hijo"

Fruncí el ceño ya que según teníamos entendido que el último Black no tenía hijos, al menos no uno aparte de las dos niñas que murieron junto a su esposa en un accidente de auto hacia ya unos años atrás.

— ¿Emmett? –lo llamo Rose con voz confusa.

El atolondrado de mi hermano ajito la cabeza como si hubiera estado hipnotizado todos estos segundos que se convirtieron seguramente en minutos.

— ¿Qué?, ¿Qué pasa Rose? –pregunto confundido girandose un poco a dónde nuestro rubia hermana.

— Te fuiste por un momento, ¿Estás bien?

Pero solo consigo que Emmett volteara a dónde el lobo, ¿Paul?

— Si, eso creo –murmuro por fin sin dejar de ver al lobo.

Quise indagar en lo que le ocurría pero el lío en su cabeza era difícil de leer y seguir, era muy rápido y cambiante.

Continuará...

18-Dic-2022

Cuando El Sol No SalgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora