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POV Jacob

Desperté después de una larga siesta, el viaje había sido cansado y llegar en la madrugada no ayudaba mucho, aún no tenía el placer de conocer a nadie más que al hombre que nos paso a recoger a Alex y a mi.

— ¿Y estudiarán en el colegio de Forks o en la reserva? –cuestiono al tiempo que giraba a la izquierda para entrar al camino de tierra.

— En el colegio –dije encogiéndose de hombros, la verdad era que ni yo lo sabía.

— Bueno muchachos, espero sus visitas en la estación de policía, pero por favor, que no sean a los que voy a encerrar tras los barrotes.

Tanto Alex como yo asentimos, el tipo era agradable.

— Descuide, quizás un día lo sorprendamos –dije y él asintió sonriente.

Minutos después pudimos ver las casas donde vivía mi otra familia, el lugar se miraba agradable.

— Hemos llegado –dijo para luego acomodar el auto patrulla y apagar el motor.

Los nervios comenzaron a inundarme y de pronto todo se sentía más caliente aunque el clima fuera frio.

— ¿No bajarás? –cuestiono, ni cuenta me di que el ya estaba en la puerta junto a un hombre alto que no miraba desde hace años.

— Vamos príncipe –me ánimo Alex que abrió la puerta del pasajero una vez que yo abrí la del copiloto.

Camine hacia él y tan rápido como estuve en frente, ya estaba siendo aplastado contra su pecho y sus brazos me rodeaban con fuerza.

— Te extrañe tanto, cariño –me susurró en el oído provocando que al fin correspondiera su abrazo, solo que no fui tan brusco como él.

— Papá también saluda a Alex, será mi nuevo hermano –le pedí en un susurró que solo el pudiera escuchar.

Segundos después papá saludo a Alex tan contento como cuando me saludo a mi, solo que siendo más delicado dejando algo confundido al humano.

— Yo los dejo, espero que su estadía en Forks sea placentera y no se metan en problemas.

Ambos le asentimos al oficial y lo vimos irse en su patrulla.

— Pasen, les mostraré sus habitaciones –dijo y se adentro a la casa, lo seguimos llevando con nosotros las maletas.

La casa era modesta pero hogareña, hace años que no estaba aquí.

— Está será tuya Alex, el baño es la puerta de enfrente y está es la tuya Jake, cualquier cosa, estoy en la primera puerta, instalense, mientras preparo la cena.

Le agradecimos y se alejo a paso tranquilo, aún recordaba que mamá decía que por dentro era un mar de nervios y emociones.

— Su padre es muy agradable, príncipe.

Sonreí y negué.

— Dime Jake, Alex... Además, ahora también es tu padre, disfruta de esto y déjate llevar.

Él solo asintió con una pequeña sonrisa y se adentro a su habitación por lo cual yo también ingresé en la mía, seguía igual a como la recordaba, aunque ahora por mi estatura y complexión se veía más pequeña.

Sonreí y me lance a la cama, el olor a limpio indicaba que recién habían cambiado las sábanas.

— ¿Están seguros que no estamos rompiendo el trato al venir aquí?

Fruncí el ceño ante eso, me levanté un poco y vi por la ventana que quedaba frente a mi, había personas viniendo hacia aquí y a juzgar por sus olores, eran lobos y vampiros.

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⏰ Última actualización: Mar 06 ⏰

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Cuando El Sol No SalgaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora