Hours

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2:30 am

Louis caminó por los callejones estrechos y abarrotados de desechos mientras sus manos sudaban y su corazón palpitaba a un ritmo frenético. En su espalda cargaba de un pequeño morral en donde guardó todo lo que necesitaba, algunas cartas y un poco de té recién preparado.

Sus mejillas se cortaron gracias a las bajas temperaturas de las ciudad, y la aparición de pequeños charcos en las esquinas de las calles señalaban que hubo una llovizna hace poco. El castaño intentó refugiarse en su abrigo marrón y esconder sus manos temblorosas en los bolsillos de este, pero el viento cada vez soplaba a un ritmo mas fuerte y un escalofrío lo recorrió hasta la médula.

El cielo aun se mantenía oscuro y nublado, las nubes amenazaban con soltar una lluvia torrencial, y mientras los bares cerraban, los ebrios regresaban a sus hogares y la cuidad dormía, el chico huía de si mismo.

Un leve soplo a la nada y de sus labios desprendió vapor, pero esta vez intento centrarse en lo que había decidido para si mismo y olvidarse del ambiente, él podría dar varios pasos atrás y regresar a la calidez de su hogar, mas sin embargo nada cambiaría.

Su hogar era incluso más frío que las calles de Londres.

Louis creía tener una vida perfecta, estaba apunto de terminar escuela y había obtenido una beca para la universidad a la cual desde pequeño siempre había soñado asistir, sin contar el hecho de que todo marchaba bien en su relación con su novia Eleanor, pero solo bastó con unas cuantas botellas de alcohol y un video que recorrió la cuidad rápidamente para que todo se fuera a la mierda.

Un temblor se instaló en su cuerpo al recordar los hechos, y lo acompañó la ira y las incontrolables ganas de llorar, apretó sus manos en puños hasta que sus nudillos se volvieron blancos y al volver a abrirlos notó en la palma de sus manos las marcas rojas que dejaron sus dedos, las frotó contra sus jeans hasta que estas comenzaron a arder y las lagrimas se apañaron las esquinas de sus ojos, pensó que si pestañeaba un poco lograría apártalas pero inmediatamente hizo el acto las lagrimas no dudaron en salir y recorrer su suave rostro aterciopelado, con las esquinas de su abrigo las secó y siguió su camino.

Una gran lampara alumbraba aquella calle y Louis la miro fijamente durante varios segundos hasta que su mirada quedo perdida en un punto fijo y el rastro de lagrimas desaparecía, después volvió a emprender su paso intentando no tropezar con las latas de cerveza tiradas en los andenes, en lo mas profundo de si mismo deseaba volver el tiempo atrás, a aquel sábado en que su novia -o mas bien debería decir ex- insistía en que la acompañara a la fiesta que darían uno de los estudiantes de segundo año. Notablemente fue un error desobedecer a su madre ya que había planeado una cena familiar esa misma noche y contaba con la asistencia de Louis, quien habló con ella toda la tarde prometiéndole que allí estaría, ni un minuto mas ni un minuto menos , pero la presencia de su novia Eleanor en su apartamento -que logró comprar con los ahorros escolares y un poco de ayuda de su madre- fue algo realmente sorpresivo, y el castaño la conocía lo suficiente para saber que la chica necesitaba algo, así que exigió que la acompañara a una fiesta con excusa de que últimamente pasaban poco tiempo juntos.

A pesar de sentir culpabilidad por plantar a su familia, decidió que llamaría mañana pidiendo disculpas y que su madre entendería.

Todo empezó cuando consumió alcohol, lo que fueron una o dos copas pasaron a cinco, y en poco tiempo encontraba tambaleándose de un lado a otro e intentando sostenerse en el primer cuerpo estable que encontrara y al lograr su objetivo su mirada se encontró con Nathan Jensen, el chico gay de penúltimo año.

Louis de repente sentía un remolino en su interior y aquellos ojos marrones lo cautivaron al instante, el olor a sudor y el alcohol en su organismo simplemente alentaban su deseo, lo único que supo fue que en pocos segundos sus labios chocaron con los de Nathan en un beso duro y salvaje, por supuesto que no faltó una cámara que grabara el momento.

Hours (one shot) » Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora