Capitulo 1.

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22 de octubre, 2018.

El día donde todo inició, en el que un cúmulo de emociones me embargó. Nada me había preparado para lo que pasó esa noche y mucho menos para lo que vino después.

Estaba entresueños cuando un ruido me despertó. Era un sonido chirriante como el de un metal, abrí los ojos cuando entendí que era la ventana siendo forzada. Salté de la cama de un brinco que me hizo tropezar, toda la estancia estaba a oscuras, como pude tomé un bate que estaba al lado de la cama y de puntillas me acerqué al cristal. Tomé un largo respiro armándome de valor preparado para darle un batazo a lo que sea que haya interrumpido mi sueño, cuando al fin la ventana cedió y el cuerpo entró, alcé el bate para golpearlo, pero me interrumpió.

—¿Qué haces? —cuestionó sobresaltada.

Era Andrea otra vez.

—¿Qué haces tú en mi casa y a esta hora? —contradije, mientras soltaba el bate y lo ponía pegado a la pared al lado de la ventana. Me acerqué al interruptor y encendí la luz, pestañeé varias veces hasta acostumbrarme a la claridad.

No dijo nada, me pasó de largo caminando en dirección a la cómoda color caoba frente a mi cama y empezó a abrir todas las gavetas. Me paré junto a ella para detenerla, ¿qué era lo que buscaba?

—¿Qué haces en mi casa? —insistí.

Estaba apurada revisando mis gavetas, mientras sacaba y metía las ropas me fijé que sus manos estaban manchadas, era la primera vez que le veía las manos sucias a Andrea.

—¿Qué rayos buscas? ¿Piensas hacerme un amarre o algo así? —Tuve que preguntarlo la creía muy capaz.

Para mi sorpresa detuvo lo que estaba haciendo, se volteó a mí seria y declaró.

—No se puede hacer un amarre dos veces

—¡¿Qué?! ¿Ya me habías hecho uno? —pregunté alarmado, ahora sí estaba preocupado.

—No te lo hice yo genio.

Seguí mirándola, esperando más información.

—Solo mírate, —Señaló con sus manos mi cuerpo completo— se nota que estás amarrado a la estupidez —volteó la vista a la cómoda y siguió su tarea.

Ofendido la tomé del brazo izquierdo para hacerle cara, cuando me percaté de algo.

Su ropa estaba manchada de rojo. La camiseta gris que portaba tenía una gran mancha en medio, seguí estudiándola y tenía pequeñas gotas de un líquido rojo y viscoso alrededor de su rostro ocultado a penas por su largo cabello negro, bajé la vista y portaba unas botas negras con tierra húmeda en las suelas, entonces lo entendí, era sangre y no era de ella.

—¿Ahora qué hiciste Andrea? —pregunté impávido.

Me miró nerviosa su rostro reflejaba más palidez de la acostumbrada porque hasta para la impredecible y enigmática Andrea era imposible ocultar todo lo que estaba sintiendo en ese momento. Entrelazó sus manos como impulso para detener el temblor entre ellas y bajó la mirada cuando declaró:

—N- no lo sé.

Exactamente a las 6:49 de la mañana de un 23 de octubre del 2018 encontraron una chica muerta en el bosque.

¿Causa de muerte?

Un corte preciso y limpio en la garganta.

Murió desangrada.

DÍAS ANTES

Conociendo a Andrea

Antes de que una Andrea ensangrentada llegara a mi casa, y fuera la primera sospechosa en mi lista —porque si bien es cierto, todas las pruebas la apuntaban a ella, había algo dentro de mí que todavía no lo creía— antes de todo eso, yo desarrollé una afición hacia ella, resulta que por esa época me creía Sherlock Holmes así que inicié una investigación con el fin de saber a dónde iba a las 1:00 am.

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⏰ Última actualización: Feb 09, 2021 ⏰

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Descubre el misterio, Jonás ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora