La tarde quema inciensos de oro

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A la hora quieta y pacífica del crepúsculo, todas las cosas adquieren una fisonomía mágica, irreal; sorprendente...Las callecitas del pueblo se llenan de una luz ambarina y tenue. Reina en todos los rincones un silencio con sabor a eucaliptos y miel.
Un sol de caramelo sonríe en el cielo color oro, rosa y sangre. Las nubes, como hilillos blancos, zurcen el espacio infinito...Toda la naturaleza se tiñe de un rojo subido, ardiente y parece que todo el firmamento se incendiara de luz y color.
Entre las enormes y puntiagudas copas de los árboles, se escurren de a ratos rayos color gama que entibian todo el paisaje.
La tarde desprende de su más exquisito perfume, invadiendo toda la atmósfera inmóvil con su aroma intenso y dulce a la vez.
El atardecer campesino se cierne sobre el ámbito sereno, como una tela fina y tornasolada que envuelve a todo y a todos, y los llena de su alegría y su quietud.

Memorias de una vida diferenteWhere stories live. Discover now