capítulo 1.

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Una fría brisa se hizo presente en el oscuro cuarto de Xiao Zhan, un queridísimo cantante y actor proveniente de China que estaba "tomando vacaciones" en Corea. Lo que nadie sabía es que él se encontraba allí para vigilar su empleo secundario y real entrada de ingresos. La trata de menores.
Con pereza talló su ojo izquierdo y quitó las sábanas que cubrían su cuerpo. Miró la hora en su reloj y eran las 2:34am, "vaya hora de despertar" pensó y se levantó buscando el lugar de donde provenía aquella ventisca helada hallando una de las ventanas de su cuarto abierta. La cerró de mala gana y salió del cuarto caminando pesadamente a la cocina para beber algo, tenía la manía de dormir con la boca abierta y cada vez que despertaba la sentía molesta y seca. Abrió el refrigerador y tomó una jarra llena de agua y la dejó en la mesada para ir a buscar un vaso en la alacena. Menudo fue el susto que tuvo al escuchar un ruido en la sala de estar, corriendo casi de inmediato buscando a sus guardias pero ninguno se encontraba en el lugar, casi pareciese que hubieran desaparecido, ya que los había visto hace menos de tres horas cuando se fue a dormir dando ordenes estrictas de no abandonar su puesto de trabajo. Si, Zhan sabia que era buscado, también sabia quienes lo buscaban.
Con un disimulado temblor intentó volver a su cuarto y refugiarse ahí dentro hasta la mañana siguiente pero algo lo detuvo, un dedo cercenado se encontraba en el pasillo, justo a un lado de la puerta del baño. Con temor se puso de rodillas y examinó el anillo que este aún conservaba; era dorado y tenía una piedra roja en el centro. Era el anillo de su manager quien lo había acompañado para más "seguridad". El sudor manchaba su frente, tenía mucho miedo de abrir la puerta del baño y enfrentar lo que sea que hubiera allí dentro. Pero él era un hombre y no iba a demostrase intimidado, o al menos eso quiso demostrar, pues ni bien abrió la puerta pudo ver partes de sus guardias y manager desparramados por doquier. La sangre manchaba el blanco suelo y los brillantes azulejos que decoraban el cuarto.
Xiao no pudo ver más, un grito quedo plantado en su garganta, comenzó a correr, correr lejos de esa horrible escena, quería huir de su inevitable destino pero era inútil, ellos ya sabían todos sus movimientos, no había escapatoria.
Se sintió acorralado, intimidado era poco, por primera vez temblaba de miedo.

-Por favor, tengo una hija, tengan piedad. -rogaba, no sabía lo que hacía, solo quería vivir.

-Pobre diablo, ¿crees que puedes mentirnos? Maldito proxeneta. -Una voz dulce hizo eco en aquel pasillo, no estaba seguro de donde provenía pero pudo sentirlo demasiado cerca. -Sabemos todo de ti, Zhan-ge. Vuelve a mentir y te volaremos los sesos. -advirtió otra voz levemente más aguda, ésta vez Zhan podía sentir pasos acompañando aquella amenazante voz.

-Juro dejar esta vida y dedicarme solo a cantar y actuar, pero por favor, no me maten. Tendrán problemas si lo hacen. -intento amenazarlos. Y sin pensarlo, firmó su sentencia.

-Tus leyes no aplican en nosotros. -y sin más, una fina hoja de metal atravesó su estómago. Zhan se sorprendió, un ardor insoportable se plantó en el lugar donde la katana descansaba. Su rostro se deformó a causa del dolor mientras llevaba sus manos hacía aquella hoja y la palpó para verificar que era aquello que le estaba arrebatando la vida, al notar unas iniciales gabadas en la punta de esta lo supó, estaba perdido. Si, era Shiva, la katana de Nakamoto Yuta.

-La gente como tú me da asco. -comenzó a elevar su arma aun atravesada en el joven, cortando huesos y órganos a su paso -Ustedes piden piedad, piden ser salvados pero sus deseos no forman parte de sus principios. Ustedes tienen lo que merecen. -finalizó aplicando el doble de fuerza al corte, partiendo al pelinegro a la mitad. Algunas gotas de sangre aterrizaron en su rostro y ropa sacándole una mueca de asco al mayor, busco un pequeño pañuelo en su bolsillo para limpiar su mejilla y la hoja de su arma.
Mientras, Renjun y Chenle se encontraban terminando de limpiar lo que quedaba del equipo de seguridad que custodiaba la mansión, echando las partes que no cabían en las bolsas de óbito a Bebé y a Amor, los tigres de Mark quienes no dejaron ni un rastro de lo que antes era la guardia del actor. Había sido un trabajo fácil.
Luego de ordenar y limpiar todo el desastre colocaron ambas partes del cuerpo ya frío de Xiao Zhan en su cama lo fotografiaron con una cámara descartarte instantánea y rompieron la cámara una vez la evidencia había sido revelada.
El chico de cabellos rubios observaba el trabajo de su equipo con satisfacción, había sido el quinto trabajo en la noche que tenía óptimos resultados. El 'samurai' se acercó al muchacho con una sonrisa en sus labios abrazándolo por los hombros.

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