Mirada enrojecida
de lágrimas inundada.
Tribulación provocada
por las garras de la vida.Yo la diera por perdida
cuando a él le fue vedada.
Yo la vi a su fin llegada,
por sus manos desasida.Sus ojos había hundido;
y su piel albina y fría
su calor había perdido.Pero madre, yo sabía
que no te dejó en olvido,
y con Él te esperaría.