Una guerra se cernía.
Impetuosa. Despiadada.
Tanta sangre derramada
que la Muerte se reía.Lo que fue verde pradera
la trinchera surcaría,
y el soldado lucharía
por un pedazo de tierra.Una bala, un gatillo;
un disparo, un herido;
una tumba; un caído.
Unas flores. Un amigo.Mis lágrimas bermejas
por tu sangre transparente.
Te alza en vilo la Muerte;
contemplo cómo te alejas.Y te escribo esta carta
por ser mi alma gemela.
Suplícale por la mía
al Cartero que la lleva.Y cuántos de tus recuerdos
acudieron a mi mente.
Con cariño, atentamente:
hasta abrazarnos de nuevo.