I. Park Jimin

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Estará bien decírselo ahora, o espero más tiempo en sus manos sostuvo una pequeña barra de plástico en sus manos. Miro el sobre blanco sobre la cama y el logo de la clínica en una esquina.

Dejo el pequeño aparato de plástico en la caja de cartón y lo guardo dentro de la gaveta. Mordió sus uñas, camino por toda su habitación, su ropa empezó a incomodarle, el cuarto parecía hacerse pequeño y la temperatura en la habitación pareció subir al menos diez grados.

Faltaba poco.

El reloj en la mesa marco las 5.40 de la tarde, por la puerta cruzaría su esposo, cansado y con hambre. La cena ya estaba enfriándose, trono sus dedos y se sentó con la espalda recta en la cama, los nervios no lo dejaban relajarse.

¿Por qué de repente se sentía tan solo?

Paso sus manos en su cabello rubio acomodándolo. Se levantó de la cama y agrandes zancadas curso la casa hasta bajar las escaleras. Con el dorso de su mano limpio las pequeñas gotas de sudor que se deslizaban por su rostro y volvió acomodar su cabello.

Miro la pantalla de la televisión de la sala, estaba prendida con el programa de noticias, y bajo el logo del canal marcaba la hora. 6.10. Bien su esposo se había tardado más de lo normal.

Puso a calentar la comida esperaba que eso no arruinara su sabor.

Tomo uno de los cucharones de la gaveta. Sentía como su cuerpo tenía una descarga de adrenalina o eso parecía, no podía tomar bien las cosas y el cucharon se resbalo de sus manos, dejando un sonido casi ensordecedor.

De repente recordó las palabras de una de las vecinas, una señora mayor, le había pasado algo similar y había gritado "Este hombre ya me está dando vuelta", pero su Yoongi nunca le haría eso ¿Verdad?

Tal vez estaba siendo supersticioso.

Ni siquiera sabía que le estaba pasando el nunca antes había desconfiado de él.

Ya había pasado una hora desde que no llegaba.

La semana por la mañana mientras cuidaba a los niños del turno de la tarde había tenido un "bajón" de azúcar o eso le había comentado JiSoo, la enfermera de la escuela, pero como no habían los equipos necesarios le recomendó ir al hospital; en todo caso si solo fue un bajón de azúcar que tenía eso que ver, solo necesitaría vitaminas.

Hoy había pedido día libre y por la mañana a primera hora fue al laboratorio, otra vez había tenido ese bajón de azúcar, tal vez era normal considerando que solo faltaban pocos días para que sus pequeños se graduaran de su ultimo nivel de primaria y agregando el hecho de que le tiempo que pasaba con Yoongi solo se limitaban a las cenas.

Cuanta falta le hacía.

Dos horas después como a las nueve de la mañana retiro los resultados, vaya que sorpresa se había llevado estaba embarazado, había una pequeña personita creciendo en su vientre.

Se había sentido tan feliz, tenía un pedacito de Yoongi y de él, creciendo.

De inmediato fue a una clínica privada, agendando una cita para ultrasonido, quería ver si su bolita de arroz estaba creciendo bien. A las 4:35 pm fue atendido que gran sorpresa se llevó.

Su pelotita de arroz tenía seis meses en su vientre, que descuidado fue de su parte al no darse cuenta antes. El doctor no pareció sorprendido al parecer ya había pasado antes pero solo eran poco casos, pero lo calmo diciendo que todo iba bien, y que no se preocupara porque su abdomen no se había agrandado, eran normal algunos embarazos no se echaban de ver.

Y sorpresa iba a tener un niño, un bello niño, tal vez con sus mejillas, los gatunos ojos de Yoongi, la pálida piel del mismo... iba a ser perfecto.

Espero toda la noche que Yoongi llegara pero ni se apareció al día siguiente.

No sabía que estaba pasando y eso le preocupaba.

Eran las tres de la tarde había llegado, temprano, hoy solo tocaba cuidar pruebas, eso hasta las ocho de la mañana, y el resto se quedó revisando los exámenes de seis grupos que cuidaba; lo único que quedaba era colocar los puntajes en el registro.

Precalentó la comida que había quedado de anoche, y si Yoongi había llegado ni siquiera había revisado lo que le preparo.

¡Que rayos estaba pasando con su matrimonio!

Tan rápido se estaba desmoronando que ni cuenta se había dado.

Se sentía mal, no pudo hacer lo que había deseado, tener cada una de las fotos de los ultrasonidos, las fotos de como su vientre se iba agrandando, hacer las compras de ropitas, pequeños zapatitos de donde solo cabrían sus dos dedos.

Se había perdido gran parte de su embrazo, que mal padre se sentía.

Al día siguiente Yoongi, tampoco se había presentado.

No respondía sus mensajes, ni sus llamadas, se sentía al borde del colapso.

¡Qué estaba haciendo mal!

No le había dado un hijo, dos años después de su matrimonio como él había querido, en realidad no era su culpa de que no se pudiera embarazar con facilidad. Llevaron dos años intentándolo, hasta que se rindieron y ¡Sorpresa! Unos meses después sale que tiene una bolita de arroz creciendo.

El sonido de un motor, lo alerto, Yoongi había llegado, tenía una sorpresa que dar, ya después le reclamaría por su ausencia.

El sonido del timbre resonó por toda la entrada, ante sala, y sala, le resultó extraño ya que siempre el pálido andaba sus llaves a menos las perdiera.

Miro por agujero de la puerta, tras de ella había un hombre de traje, con un sobre amarillo en mano, extraño.

‒ ¿Park Jimin? ‒sacudió el polvo invisible que había en sus manos para asentir levente y responder.

‒Soy yo, señor, se le ofrece algo ‒Jimin se hizo a un lado permitiendo al trajeado pasar.

‒Es rápido, Señor Park ‒Le resultó extraño que el hombre lo llamara por su apellido de soltero, cuando desde el matrimonio adopto el apellido Min.

‒ Esta bien ‒Cerro tras de sí, la puerta, al parecer seria rápido.

‒Soy el abogado del señor Min, estos son los papeles del divorcio, y uno disco que desea que reproduzca, recogeré los papeles, a más tardar en siete días ‒el hombre se retiró.

Se había acabado todo.

Dejo los papeles en la mesa ratonera de la sala, y se dejó caer sobre unos de los sillones apoyando su espalda sobre uno de los brazos de este. Con ambas manos sobre su vientre y se dejó quebrar.

Solo cinco años, cinco años compartiéndolo todo, más unos años siendo pareja. ¿Qué había arruinado su matrimonio?

¿El no haberle dado un hijo antes? lo estaba haciendo ahora.

Conocía lo suficiente a Yoongi para saber que nada lo haría cambiar, pero de verdad su relación no tuvo valor para el pálido.

Abrió el sobre amarillo, si eso era lo que Min quería se lo daría, pero no conocería a su pequeño pastelito de arroz.

Seco sus lágrimas, con el dorso de su mano, camino hasta su "despacho" –era algo parecido a eso pero no era así- abrió una de las gavetas del escritorio y saco una de las plumas. Con eso se acabaría todo. Firmo.

Min solo era un idiota. Un gran idiota.

El CD que estaba pegado al sobre lo arranco y de un tirón lo lanzo a la última gaveta del escritorio.

No vería el contenido, de seguro era un montón de estupideces para librarse de él. Y él no estaba listo para escucharlo.

Al caer la noche se armó de valor para enviarle un mensaje Min para que le pidiera al abogado que llegara por los papeles del divorcio.





181020

Park Jimin | YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora