Park Jimin | YoonMin

II. Park Jimin

‒Jimin ‒Jackson el director de la escuela primaria para la cual trabaja lo llamo por tercera vez. El hombre se levantó de la silla bajo la atenta mirada de otros dos de sus compañeros y se acercó a Jimin ‒ Jimin ‒Lo volvió a llamar, coloco su mano sobre el hombro del embarazado, sobresaltándolo y le pregunto ‒ ¿Estas bien? ‒.

Desde hace unos días Jackson había notado que su pequeño amigo había estado algo ido, y hoy el último día que les quedaba para organizar la graduación de los niños lo había notado peor.

Les dio una mirada a JiSung y Félix para que abandonaran la habitación dejándolo solo con Jimin tenía cosas que hablar con él y esta vez no se le escaparía.

‒Vamos Minie, dime que pasa ‒se agacho a la altura del más bajo y tomo sus manos.

‒Yoongi, me pidió el divorcio ‒Jackson se quedó helado, cuando él y el paliducho escuálido se conocieron tuvieron una rivalidad por quién se quedaría con Jimin, como dos idiotas peleando, al final fue el enano pálido. Pero eso había quedado el pasado ahora él tenía a Mark y sus pequeños gemelos.

‒Ese idiota no te merece Minie ‒ lo abrazo, sabía cuánto le dolía ‒o al menos se hacía la idea.

‒Estoy esperando un hijo de él Jackson ‒fue solo en ese instante donde la rabia creció más dentro de él como se atrevía a lastimar a Jimin, ya se encargaría de hablar con ChanYeol para que le aplicara un escarmiento o como mínimo una amenaza de muerte por hacer llorar el hermano de Chan, claro que él iba a estar allí.

‒ ¿Le dirás? ‒Me pequeño peli rubio negó con la cabeza, y con sus manos cubrió sus ojos dando una tierna expresión.

‒ No, no quiero sepa, yo... Jackson Hyung me podrías ayudar en algo ‒el chico con las mejillas rojas, al igual que sus ojos, miro a su mayor.

‒En todo lo que necesites Minie, sabes que siempre estere para ayudarte, al igual que todos aquí‒ Jackson se levantó del suelo para acercarle al embarazado una toallitas.

‒Quiero irme de aquí‒.

⫎Park Jimin⫍

‒Él es NamJoon un viejo amigo, él te puede contratar estaban buscando un maestro y te recomendé con él ‒Jackson le mostro una foto de un hombre a su lado de hoyuelos en ambas mejillas. ‒Mark me ayudo a encontrar una casa para ti, es un poco grande pero es lo único que encontró ‒el mencionado tomo las pequeñas manos del embarazo para colocar las llaves con un curioso llavero de una casa.

‒Te queda cerca de varios lugares, para que no camines muchos, aunque eso te ayudara con el embarazo.

⫎Park Jimin⫍

‒Hyung‒ el menor se dejó caer sobre la cama, siendo apresado en los brazos de su mayor.

Yoongi beso su cuello, deslizando sus manos bajo su camisa hasta llegar a sus pezones los pellizco un poco, hasta sacarle la camisa. Jimin se contuvo, mordió sus labios; tener las manos de su hyung recorriendo su cuerpo era una de las mejores sensaciones.

‒Eres la persona más preciosa que he visto ‒mordió levemente el cuello del chico en sus brazos. ‒Me gustaría ver un pequeño aquí ‒las frías manos del mayor se colocaron sobre el vientre de Jimin, dejando de lado el morbo y la lujuria de minutos antes.

‒Lo intentaremos Hyung ‒el menor se sentó en la cama colocando sus manos en su abdomen levemente marcados. Ambos hombre tenían la alusión de ser padres.

A veces tenía miedo de quedar en espera y perderlo, sabría que eso sería un golpe muy fuerte para ambos y más para Yoongi.

‒Lo intentaremos mi pequeña bolita de arroz ‒el mayor de los dos, lo rodeo con sus brazos, sentándolo en su regazo. ‒Estaremos juntos siempre‒ agarro las pequeñas manos entre las suyas y las beso una justo sobre su anillo de matrimonio.

‒Porque tienes que ser un gran mentiroso Yoongi ‒ hecho una bola de furia tiro al suelo toda cosa que se le atravesara en su camino, aunque solo fueran un par de documentos sobre la mesa. ‒Porque tenías que mentirme, maldito estúpido.

Ahora solo le quedaba iniciar de cero, con su pequeña bolita de arroz; estaba un poco sorprendido que hubiera tenido antojos, o ascos, como lo contaban muchas personas, solo se sentía un poco diferente.

Todo había estado relativamente bien con respecto a Yoongi, no había sabido nada de él, y de cierta manera esperaba que aun siguiera así. Sentía que olvidarse de él, sería más fácil.

Llevo sus pequeñas y abultadas manos a su vientre. Tal vez si hubiera puesto un poco más de atención su cuerpo, se habría enterado que lo que creía que era gordura en su vientre por no hacer ejercicio después de las largas jornadas de trabajo; no era más que su pequeño pastelito de arroz, su Mochi.

‒Si llegamos a tener un bebe Jimin, me encantaría que tuviera tu sonrisa ‒Yoongi beso sus labios con un pequeño pico ‒que tenga tus pequeñas manos ‒ entrelazaron sus dedos a la altura de sus abdomen.

‒Que tenga la palidez de tu piel ‒apoyo su espalda en el pecho de su mayor ‒ y tus pequeños ojos gatunos‒ rio suavemente al sentir los labios de su mayor sobre su cuello.

‒Que tenga tu dulce carácter‒ volvió a dejar otro beso en ese lugar.

‒Y tu ternura ‒susurro con una sonrisa.

‒Oye Minnie yo no soy tierno, tú lo eres, así que él bebe que tengamos, espero que se parezca más a ti, quiero que tenga tu belleza ‒lo abrazo más fuerte...

¡Basta Jimin! Se gritó así mismo. No es sano, se reprendió.

Tenía que seguir adelante sin Yoongi con Min Yoongi.

No había querido dejar Daegu, siempre tuvo la esperanza de que sus hijos estuvieran en la misma escuela que él, llevarlos a los parques de los alrededores. Dios tenía una manera retorcida de fijar el destino de las personas.

Le tocaba comenzar desde cero en un lugar que no conocía, ahora Seúl seria su nuevo hogar, para él y su pequeño pastelito de arroz.

‒ Mi pequeño Mochi, papi te quiere mucho ‒ llevo sus manos a su abdomen apenas era visible, tenía miedo de que el bebé naciera mal, había visto las pansas de embarazo de muchas personas, parecían que tenía bola de piscina dentro de su estómago y pareciera reventar con las solo tocarlas, pero allí estaba su vientre pequeño apenas notable. Su linda sorpresa.

Dio una pequeña mirada a su alrededor había aparcado a medio camino, tenía que descansar, con un pequeño punzante dolor de espalda y su trasero, tal vez ya se había vuelto plano de estar tanto tiempo sentado. Se acercó hasta la parte del maletero donde llevaba un montón de golosinas para su viaje, al principio no estaban planeadas para ser comidas, pero apreciar una linda vista de la carretera un poco desolada por el caer del anochecer; no upo cuanto tiempo estuvo allí de lo que sí estuvo seguro era de la hermosa vista en algún punto de la tarde cuando el sol aún no se ocultaba.

La casa era acogedora un poco más grande que su anterior vivienda; pintada de un tono claro. Demasiado espacio para uno solo, aunque serian dos después de esto.

El camión de la mudanza llego minutos después, ayudándolo a llevar cada cosa a su lugar, estaba seguro que en su condición la posibilidad de realizar grandes fuerzas podría ser riesgosas.

Ahora lo más importante que tenía ahora es su pastelito de arroz, su Mochi, su futuro hermoso bebé.

181020