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.YoonGi rascó su nuca algo incómodo. ¿Qué haría con este chico que se creía un verdadero genio?
Las horas habían pasado y solo había conseguido que el chico se calmara mostrándole animaciones en la televisión. Dicho tiempo en que el mismo se la había pasado preguntando como niño pequeño que era cada cosa y de qué estaban hechos. Admitía que era alguien enigmático y algo... ¿tierno?
Algo cansado de ver caricaturas, cambio de canal a un programa de cocina que estaban dando. Estaban preparando unas deliciosas brochetas de cordero. Con algo de hambre su estómago llamó la atención del rubiecillo y de inmediato se sintió algo avergonzado. Ji Min le regaló una sonrisa, gateo por la alfombra y se acercó hasta las rodillas del pelinegro, quien le miró algo sorprendido.
— ¿Quiere algo de comer amo? Puedo traérselo. Solo diga, "yo deseo..." —le animó con una sonrisa. YoonGi resopló.
— ¿Y gastar un fabuloso deseo por unas brochetas que puedo comprar en la equina? No gracias. —dijo sarcástico. — Toma, ve lo que gustes. —le indicó, dándole el control remoto.
Se levantó en dirección a su habitación, buscó algo de ropa limpia, pues aún andaba en pijama a la una de la tarde y se pensó muy bien si entrar a bañarse con su... "invitado" en casa. Miró por el pasillo, echándole un vistazo al de rubios cabellos aún sentado en su alfombra mientras experimentaba con el control remoto en sus manos. Estaba realmente entretenido pasando los canales con asombro y tocando la pantalla de vez en cuando. Una ligera sonrisa curvó sus labios al ver como intentaba hablarles a los cachorros de un programa que estaban pasando en uno de los canales. Se recompuso y entró rápido a bañarse.
Diez minutos después se hallaba cambiando y buscando sus llaves por todos lados. Rebuscó entre su ropa sucia, entre las sábanas, bajo la almohada, pero éstas no aparecían por ninguna parte. Caminó a su sala y comenzó a buscar nuevamente, levantando los cojines del sofá y entre los recovecos del mismo. El joven rubio lo vio ir y venir de un lugar a otro entre bufidos y bajas maldiciones. Se levantó y anduvo tras él como una sombra.
— ¿Necesitaba algo amo? —le preguntó, cuando el susodicho dio la vuelta y chocó contra él. La boca del pálido rozó levemente su nariz y le hizo soltar una breve risita. YoonGi se sonrojó ante la falta de respeto hacia su espacio personal, dio un paso atrás y aclaró su garganta.
— Yo... Busco mis llaves. —contestó. — ¿Tú las has visto?
Ji Min llevó uno de sus dedos hasta su boca y su cabello se volvió gris, echó un rápido vistazo a la sala, caminando algunos pasos y chasqueó sus dedos al dar con su objetivo. Se dirigió hasta el baúl de madera en el suelo, se agachó hasta éste, buscó entre las cosas allí y pronto dio con el juego de llaves en el fondo. Con una enorme sonrisa en su rostro, el ahora pelirrosa se levantó y caminó de vuelta hasta, YoonGi, quien se encontraba de brazos cruzados, observando escéptico la escena. Ji Min extendió su mano dándole las llaves.
— Aquí están amo. —sonrió mas haciendo sus ojos desaparecer.
— ¿Cómo supiste que estaban ahí? —le preguntó boquiabierto. Mas levantó su dedo índice callando al pelirrosa antes de que hablase de magia nuevamente. — Olvídalo, no quiero saber.
YoonGi guardó su teléfono, billetera y las llaves en sus respectivos bolsillos y se encamino hacia la puerta, pero al tener la mano en la perilla de ésta, recordó que había alguien más en su casa. ¿Era buena idea dejarlo solo en su casa? Después de todo, era un extraño. ¿Por qué aún no se iba a su propio hogar?
— ¿Quieres venir? —le preguntó un poco dudoso. Ji Min asintió varias veces con su cabeza alegremente. Iba a acompañarlo hasta la puerta cuando el pálido noto algo mas y lo detuvo. — Espera. No sé si sea buena idea que salgas vestido así. —sugirió, señalando sus ropas.
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Magic Shop | YM
Fanfiction"¿Cuál es el verdadero deseo de tu corazón? "Le concederé tres deseos, pero debe pensarlos muy bien, porque al cumplirse el último, desapareceré " ... •Solo Yoonmin. •Fluff, leve angst. •Mini fic. Historia original. Prohibido adaptaciones.