Clase maestra

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(tiempo después de esa primera carrera. Ya saliendo juntas)

Allí estaba Clara, mordiéndose la lengua y emocionada por la sorpresa, mientras entraba en aquella habitación que había preparado al detalle. Delante de ella, a escasos centímetros y con las manos de Clara aun tapándole los ojos, estaba MJ con su melena larga y oscura y su media cabeza rapada. Había estado quejándose gran parte del camino y parecía cansada, pero a la vez ansiosa por ver qué era lo que le tenía preparado aquella mujer que la volvía loca:

- ¿No sería más fácil que me pusieras un pañuelo, cariño? Me estás pisando y eso que las botas son duras, te tienes que estar haciendo daño tú también. Vamos, dime ya dónde me llevas, que no me has dado ni una pista. Verás como al final nos caemos las dos... y menuda sorpresa sería...

Clara aguantaba, conteniendo la risa y negando con la cabeza por las ocurrencias de su chica. Era verdad que casi tenía que ponerse de puntillas para asegurarse de que no veía nada, pero merecía la pena, sabía que iba a sorprenderla y, de camino, podía disfrutar del culazo que le hacían los vaqueros a la cabezota de su novia.

Cuando dejaron atrás la puerta y Clara se aseguró de echar el cerrojo, le dio permiso al fin para mirar a su alrededor. La cara de MJ era impagable, miraba atónita, con los ojos abiertos como platos y sin saber si decir algo o echarse a reír.

- ¿Te gusta? – Preguntó melosa Clara, poniéndose al fin delante de ella con su traje de instituto británico, corbata y camisa incluidas.

MJ soltó una leve carcajada mientras se mordía el labio inferior con mirada seductora. Clara ponía poses de niña buena, sacando pecho y luciendo el traje, que no podía quedarle mejor con aquel gris empresarial y el pelo castaño recogido en una trenza de espiga para resaltar aún más la cara de niña que no perdía pese a sus treinta y pico años. Finalmente se sentó sobre una de las mesas con las piernas cruzadas y miró a MJ, que seguía observando la clase desde el altillo de la pizarra.

- ¿No decías el viernes pasado que la fantasía que más sentido tenía para ciertas prácticas era esa de profesora y alumna?

- Claro, – miró al fin a la chica que contemplaba orgullosa la cara de incredulidad de MJ – es el escenario perfecto para el BDSM, tienen todo lo necesario. Pero eso no explica qué hacemos aquí. – Reía, colorada y visiblemente excitada ante el atuendo y la voz sensual de su novia.

- ¿No te haces una idea, profe? – Empezó a desabrocharse los botones del cuello de la camisa, acercándose a ella hasta borrar del todo la distancia.

- ¿Lo dices en serio? – Clara asintió lentamente sin separar la mirada de MJ – ¿Y no puedo usar nada más? – Esta vez negó del mismo modo y elevando un poco las cejas. – Está bien...

MJ se puso recta y echó un vistazo a su alrededor; era una copia bastante realista de su clase del instituto: sillas y pupitres verdes, estanterías con libros y objetos de ciencias, la mesa grande con sus cajones llenos de material escolar, reglas de madera, algún material artístico... Sonrió de medio lado y agarró a Clara por la corbata para besarla intensamente.

- Estás como una cabra, cariño, pero te voy a demostrar que tengo razón, porque aquí veo muchos juguetes interesantes.

- Lo que tú digas, profe. – Su voz estaba cargada de deseo, pero aun así sonreía ante la situación.

Ninguna había probado los juegos de rol en el pasado, pero no era su primera sesión BDSM, así que conocían las reglas y sabían que ese juego de poder daba por aceptado el reto. MJ llevó a Clara a base de besos y caricias contra la mesa más grande. Por el camino, agarró algo de una estantería y, en cuanto las caderas de Clara chocaron contra la madera, ató sus piernas con la cinta americana a las patas de la mesa. Sonriendo por lo rápido que había encontrado su primera "arma", volvieron a besarse apasionadamente antes de que MJ atara las muñecas de Clara juntas sobre sus cabezas.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2020 ⏰

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