Muerte.

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Akashi se viste de luto un 20 de septiembre

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Akashi se viste de luto un 20 de septiembre.

Un día después, se da cuenta que todo sigue igual en el mundo, porque el tiempo no se detendrá porque su corazón duela, las manecillas del reloj siguen avanzando, ni el sol, la luna y las estrellas dejaran de marcar el inicio y el final del día.

Porque para el mundo, la vida de una persona es insignificante; no importa si es un mendigo, un hombre cualquiera, un doctor, el presidente de un país, un escritor, un empresario o su esposo; ninguna vida es suficiente para que se detenga la vida de millones de personas, los días seguirán transcurriendo con normalidad, los meses, los años y los siglos, una vida se apaga, pero a cambio surgen miles más, entonces, por supuesto que la muerte de una persona no significa nada.

Excepto, si esa persona era tu mundo.

Furihata Kouki, era eso para Akashi Seijuro. Su esposo, su compañero de vida, su alma gemela, su todo.

Las personas no lo entienden, y en lugar de sentirse molesto por ello, en su lugar Akashi se apiada de ellas.

Porque no comprenden al amor. Al amor verdadero, la clase de amor que te cambia por completo, que te hace querer ser todo lo que tu pareja quiere, la clase de amor que te hace sonreír aun en las peores situaciones porque sabes que hay alguien que se quedara contigo hasta que todo mejore, ese tipo de amor en donde no temes nada, que te hace desafiar al mundo al mundo entero y salir vencedor.

Akashi lo tuvo y lo perdió demasiado pronto.

Para el mundo, para otros, la vida de su esposo no significo nada, el mundo no terminó y aunque sus amigos cercanos y familia lloraron la muerte de su esposo; eso no significa que los días no siguen pasando uno tras otro y que sus amigos, los padres de Kouki y sus compañeros de trabajo siguen avanzando, no se detendrán por la muerte de alguien, incluso si fue su mejor amigo, su hijo o un buen escritor que siempre cumplió con sus fechas de entrega de manuscritos.

Ni siquiera sus fieles lectores que le proclamaron amor eterno en cada carta que recibió.

Van a lamentarlo, van a llorar y posiblemente se sentirán tristes algunos días, hasta que, solo sea una pequeña espina en su corazón y un fugaz recuerdo dentro de sus memorias.

Luego, poco a poco, se escapara como el agua cuando intentas atraparla con tus manos, gota a gota se olvidaran.

Pero para Akashi es imposible, porque Furihata Kouki era su mundo, no es un tonto cliché de recién enamorados, no fue amor a primera vista, ni la locura del momento.

Fue un amor que cultivaron juntos desde niños.

Furihata Kouki es y será su amor eterno.

Treinta y tres años juntos y aún se despertaba antes que su esposo para mirarlo dormir por unos minutos antes de despertarlo, treinta y tres años juntos y aun se sentía como la primera vez cuando le daba un beso, todo una vida juntos y su corazón latía fuertemente cada vez que sostenía a su esposo en sus brazos.

Toda una vida juntos y cada día se despertaba para descubrir una cosa nueva que amar en su esposo.

Treinta y tres años, toda una vida siendo feliz.

Un mes sin su esposo y se sintió como una eternidad en el infierno.

Un mes sin salir de casa, sin contactarse con nadie y dejando a la deriva su empresa, su teléfono celular se haya estrellado a cinco metros de él, los teléfonos en casa están desconectados, cartas y paquetes están amontonados en la entrada de su casa, innumerables personas han tocado el timbre, pero ninguna es la persona que Akashi desea ver, así que solo se queda en silencio, soportando los sollozos hasta que se marchan.

Porque nadie entiende, su mundo se terminó, no hay nada por lo que Akashi quiera seguir.

Kouki posiblemente se decepcionara, pero él no está aquí, así que Akashi no quiere ser fuerte, no quiere ser el hombre absoluto e imponente que se supone es; él solo quiere ser el marido perfecto y cariñoso que despierta a su esposo luego de una noche de trabajo, Akashi solo quiere ser el marido que carga a su esposo hasta la cama para cubrirse con las mantas y dormir abrazado a su compañero de vida.

Es todo lo que quiere, pero, nunca más lo tendrá.

Todo lo que le queda son recuerdos, y una montaña de libros que su esposo escribió, cada uno de ellos;  todos los libros que escribí, tienen una parte de mi alma en ellos, Sei, dijo Kouki.

Akashi ha leído esos libros una y otra vez, desde novelas románticas, de misterio o fantásticas, su esposo era un autor polifacético, nunca tuvo miedo a intentar cosas nuevas.

Fue una lástima que su última novela se quedó en su escritorio, lista para presentarla a su editor.

Nunca podrá ver la luz, Akashi está demasiado reacio a dejar ir los manuscritos con la letra de su esposo, las pequeñas notas al margen y los dibujos le dieron su toque, el toque cálido y humano a la historia de un lamentable amor con un final, de esperar, trágico.

Sus ojos se cierran poco a poco, lo último que ve antes de rendirse al cansancio, al sueño y al dolor, es el título del manuscrito, escrito prolijamente y sonríe, si él fuera el protagonista de esa novela, no dejaría que nada ni nadie lo detuviera para alcanzar su felicidad.

[あなただけの気持ちがあります。]

(Only have feelings for you.)

Es la historia de un tonto emperador que no sabe amar, una amable emperatriz que ama demasiado, una ambiciosa concubina y dos lamentables príncipes. 

Así que, ya notaron mi amor por este tipo de tramas? no? pues que raro xD

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Así que, ya notaron mi amor por este tipo de tramas? no? pues que raro xD


Only have feelings for you.|AkaFuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora