MYG ¦ GOOD GIRL

I love it I love it I love it. I love her;

Jamás le había tomado importancia a las miradas y murmullos que habían cada vez que entraba a un lugar. Realmente no me importaba los suspiros de anhelo que tanto chicos como chicas lanzaban a mi dirección. El desinterés en mi rostro cuando confesaban cuanto les gustaba. La diversión en mis ojos bailaba cuando decían que me admiraban, que deseaban ser como yo.

¿Cómo yo? ¿Un tipo insensible y cruel?

Me veían como si fuera algún tipo de dios griego, a pesar de que susurraban mi nombre con temor. Decían que era inalcanzable. Que era el típico sexy como el demonio y guapo bravucón del instituto. Todo el mundo me conocía por el increíble historial que cargaba, por los rumores que decían que estuve en una correccional de menores y por ser un maldito mujeriego.

Era interesante para mi como seguían apareciendo diferentes tipos de rumores cada día.

Me era muy divertido escuchar que querían presentarme a sus padres. No era agradable ni con mi madre y ellos pensaban que iba a perder el tiempo en serlo con la suya.

Hubo veces en la que me preguntaba si algún día yo sería capaz de encontrar a una persona que aguantará a un ser tan desagradable como yo.

No pensé que esa persona aparecería tan pronto y de forma repentina.

Ella era tan extraña y empujaba todos esos lugares correctos en mi pecho que ni siquiera yo sabía que existía.

Vagamente recordaba haber escuchado hablar de ella. Pero, como siempre, los ignoré, seguía caminando sin darle importa a los murmullos que se escuchaban en los pasillos.

Recuerdo que me había sorprendido encontrarme interesado en escuchar la conversación de un grupo de chiquillas dos grados inferior al mío.

Decían que ella era una cualquiera, que se había acostado con un par de maestros para no reprobar sus clases y ahora andaba de puta con el director.

Me encantaría decir que no me había importado lo que había escuchado pero el grito que pegaron esas chicas cuando el bravucón del instituto les había dicho que dejaran de hablar mierdas sobre alguien que ni siquiera sabía de su insignificante existencia me recordaba que había perdido los estribos por alguien que apenas y sabía de mi existencia como yo de la suya.

No me estaba reconociendo y eso me molestaba.

En toda esa semana hubo un nuevo rumor; Decían que el gran y temible Min YoonGi había amenazado de muerte a un inocente grupo de niñas.

Y como siempre los ignoré, sintiéndome secretamente satisfecho que los anteriores murmullos habían sido olvidados, que ya nadie hablaba de aquella extranjera que se acostaba con los maestros por notas.

Recuerdo la primera vez que nos vimos.

Su mirada de horror, llena de nerviosismo y pánico casi me hace reír, Dios, ella de verdad era alguien adorable, recordé haber pensado.

Después de eso, sí antes no nos encontrábamos ni de casualidad, en ese tiempo desapareció totalmente de mi vista.

Era lindo ver como me evitaba, pensando que tal vez el bravucón del instituto iba a buscar venganza por haberle tirado el refresco en su chaqueta favorita.

Pero extrañamente no lo hice, no sé porqué, todavía me era un misterio, uno que no quería darle tanto pensamiento porque sé que la respuesta es alguna mierda cursi y cliché.

Y esa estupidez, no va conmigo.

Casualmente la encontré en la biblioteca una semana después del incidente.

Obviamente nadie jamás iba a saber que sabía que ella se estaba escondiendo ahí y que yo a escondidas entraba para poder mirarla.

Me acerqué a ella, a paso relajado y arrogante una sonrisa soncarrona en mis labios.