The Others

Parte I: pueblo infernal

Parte I,Pueblo infernal:

Capítulo 1:Salvador (1/2)

Cuando Kim SeokJin despertó y sus ojos dejaron pasar  luz, la neblina de la inconsciencia se disipó y pudo enfocar su claro iris caramelo en el liso techo.
El único referente que teníade un techo así, era cuando a los 13 años se rompió el brazo y despertó anestesiado en el hospital central,con su brazo enyesado y su madre sentada en una de esas incómodas sillas grises a su lado.
Por unos  minutos su vista solo distinguió  colores grises,mientras tanto el ruido del exterior comenzó a molestar su recién recuperada conciencia.
Lo primero que pudo procesar fue el continuo y rítmico "beep, beep" del aparato de hospital que monitoreaba sus signos vitales. Eso le dio una idea más concreta de donde se encontraba.
¿Cuánto tiempo pasó inconsciente? El mismo supo que pudieron ser desde días hasta meses e incluso años.
¡¿Y si fueron años?!pudo dejar de ser el guapo repostero veinteañero y ser un señor de unos 40 años demacrado. Tocó ávidamente su rostro soltando un suspiro de alivio con su voz algo rasposa y cómica por el desuso. Seguía siendo igual de joven y atractivo, solo tenía una mínima curita en su pómulo izquierdo y uno que otro moretón aun un poco doloroso.
Pasó una mano por su desordenado y un poquito largo cabello castaño claro para calmarse.
Cuando bajó ambos brazos con un quejido de por medio se sintió hecho mierda.
Como si un elefante le hubiera pasado encima,o quizás una familia de ellos.
Se dispuso a revisar el resto del cuarto donde estaba internado, su vista ya estaba mejor y pudo distinguir los pocos colores de la sencilla habitación.
Necesitaba encontrar el botón con el que se llamaba a la enfermera para que pudiera quitarle las intravenosas.
Pero su análisis duro muy poco, el ruido incesante del pasillo llamó su atención: parecía un gran alboroto, como si varias personas estuvieran peleando y golpeando las delgadas y paredes.
Quizás solo era un paciente alborotador, así que lo ignoró,  se sentía solo un poco cansado y magullado, con toda probabilodad solo fueron un par de días los que pasó "dormido".
Ahora solo le molestó una gran necesidad de ir al baño.
"Ok, paso número uno, levantarse al baño, el segundo es descubrir que pasó en estos días." Se enlistó mentalmente mientras se decidia a quitarse él mismo las intravenosas.
Se sentó con cuidado de su malogrado cuerpo y soltó el aire que no sabía que retenía cuando logro estar recto en la cama.
Apoyó sus pies descalzos en el suelo y notó que su ropa estaba al lado de la cama.
Era solo un pantalón sencillo de mezclilla despintada y viejo, unas calcetas y unas zapatillas. Había una chamarra enorme de color café oscuro al lado. Pudo apostar que su madre los había dejado para cuando despertara.
Ella siempre quiso estar prevenida ante todo y por una ocasión Jin le agradeció su necesidad de tenerlo todo perfecto y ordenado.
Podría vestirse y pedir su alta ese mismo día si  por supuesto, podía convencer a su doctor, así que no dudó en cubrirse de una buena vez.
"Chico listo" se felicitó y cuando se puso de pie, se sintió algo cansado pero las ganas de orinar eran mayores.
Además necesitaba salir pronto de ahí, no tenía idea de cuantos días pasó en la inconsciencia y tenía un negocio propio al que llegar y atender, porqué Soobin, su ayudante, podía ser muy capaz de manejar una pequeña pastelería como lo era la suya pero no tenía ni la edad ni la responsabilidad de cargar con algo de esa magnitud.
Dio unos cuantos pasos inseguros y  algo más lentos de lo normal para  por fin lograr llegar a la puerta: alzó su puño, dejó escapar  un ronco "¡ya!" orgulloso de su logro.
Había sido una gran ganancia para alguien recién despierto desde hace "no sé cuánto tiempo".
Pero como nada le sale bien(como el hecho de estar en un hospital) la puerta se abrió y fue empujado al suelo de una.
Su trasero recibió gran parte del impacto y puso sus manos en el suelo evitando recostarse del todo en su aun lastimado torso. Un cuerpo con mayor constitución que el suyo lo encerró contra el suelo luego de cerrar la puerta y una enorme mano tapó su boca.
Varios pasos rápidos pasaron fuera de la habitación seguidos de unos menos coordinados y luego unos gritos rasgaron el silencio momentáneo.
Jin se sintió estremecer ante la gravedad del sonido y se olvidó del pequeño dolor de su pecho y estomago.