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la carta.
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HARRY Y THANA POTTER NO TUVIERON LA MISMA INFANCIA COMO OTROS NIÑOS.
Los hermanos no tenían una habitación grande y hermosa como los otros niños, decorada como ellos querían. En cambio, durmieron en el armario debajo de las escaleras. Sus padres habían muerto y los dos niños Potter habían sido llevados a la casa de sus tíos, donde se criaron con su sobrino. Su sobrino lo tenía todo, padres amorosos y todo lo que pudiera desear. "¡dame un pastel!" gritaba y ahí estaba, un gran pastel listo para que el niño se lo comiera, era casi como si sus padres fueran magos, si su amado hijo quería algo, lo conseguirían antes de que el niño pudiera volver a preguntar.
-¡Levántate! -La mujer dijo mientras llamaba a su puerta.
-¡Levántense primos, vamos al zoológico! -Su primo, Dudley, gritó mientras saltaba las escaleras, causando que los dos niños de cabello castaño quedaran cubiertos de polvo. Los dos se levantaron lentamente y salieron de su habitación,
-¡Ahí está! ¡Nuestro cumpleañero! -Dudley sonrió ampliamente y abrazó a su padre, ambos ignorando a Thana y Harry.
Thana y Harry se parecían, sus ojos, cabello y altura eran completamente iguales, pero si los conocieras, o incluso los vieras comunicándose básicamente con cualquier persona, te darías cuenta de que eran dos personas completamente diferentes.
