ᴏ ɴ ᴇ s ʜ ᴏ ᴛ

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Yeji tomó a Lia de la mano, provocando que ella sonriera nerviosamente y la soltara.

—¡Oh, vamos! Sólo una vez. —pidió la mayor pasando su brazo por los hombros de su novia.

—Es vergonzoso... —le respondió removiendose ante el contacto.

Lia solía rechazar los, para ella, impertinentes gestos de cariño que su novia insistía en brindarle estando en público. No es que se avergonzara de la relación que tenían. Ella quería mucho a Yeji. Sólo no le gustaba recibir tales muestras en público, por mínimas que sean. Se avergonzaba a más no poder. Sus mejillas parecían arder como si tuviera fiebre alta, y sus manos sudaban.

Lia era un tanto evasiva respecto a las muestras de afecto, y Yeji lo contrario.

Así había sido siempre. Es más que obvio que Yeji había dado el primer paso. Se había declarado de una forma tan natural como si lo hubiese hecho cientos de veces.

Voy a decir todo esto rápido. Iba a esperar pero, ¿por qué hacerlo? ¿De qué sirve? No tengo miedo de decir que te quiero. Y no sé que pienses tu, pero creo que nos vemos bien juntas. Me gustas. No hace falta que me respondas ahora. No quería arrepentirme de nada, así que solo lo dije.

La vez en que eso sucedió, Lia apenas si había podido responder.

Yeji sabía que su novia no era de lo más extrovertida, y al principio, no tenía ningún problema con eso. En realidad, no tiene un problema con eso, sólo que, a veces se le ocurría pensar que Lia se avergonzaba de ella, y no de las muestras de afecto que le daba.

Quizás no quiere que la vean de esa forma con una chica.

Pero por supuesto que esto no era así. Aunque a la azabache nunca se le había ocurrido pensar que el hecho de que ella rechazara los besos y abrazos en público hiciera sentir mal a Yeji. Parece algo obvio, pero para Lia no lo era. Creía que su novia estaba bien con eso.

La última vez que se vieron esa semana, Yeji empezó a pensar en la forma en la que Lia se comportaba. Terminó pensando cosas tales como que tal vez la chica ya no la quería, o que no la había querido de esa forma desde un principio. Se estaba ahogando en un vaso de agua.

Durante esa última cita, Lia había estado bien con que Yeji no quisiera besarla a mitad de la calle. Pero una vez la cita finalizó, se puso a hablar con una amiga, y esta le dio a entender de que cabía la posibilidad de que Yeji se sintiera un poco triste por la forma en la que era rechazada. Lia se sintió triste también. De ninguna manera hubiese querido que su novia se sintiera mal.

—Yeji, ¡hola! —la saludó al día siguiente en la entrada de la escuela —. No dormí nada y ni siquiera pude terminar toda la tarea que dejaron, y...

Paró de hablar en cuanto notó a la chica cabizbaja. Ella nunca actuaba de esa forma. Lia ni siquiera recordaba a la chica viéndose desanimada.

—¿Qué tienes? —cuestionó la más baja poniendo una mano en la espalda de su novia.

Yeji sólo negó con la cabeza. Era verdad que se sentía mal por como Lia se comportaba, y le había dado muchas vueltas a todo eso. Pero luego terminó entendiendo que la chica no actuaba así con el propósito de hacerla sentir mal.

Y lo cierto es que, Lia la quería de la misma forma y con la misma intensidad con la que Yeji la quería a ella. Sólo que tenían formas un poco diferentes de demostrarlo.

Aunque la mayor estaba segura de eso, no pudo sentirse del todo animada de nuevo.

Lia suspiró y se paró en la punta de sus pies para alcanzar la comisura de los labios de su novia y dejar un beso allí.

—¿Y eso por qué? —interrogó Yeji, viéndose claramente más contenta.

—Me dijeron que... Puede ser que no te guste que no quiera tomarte de la mano, y esas cosas... —Lia hizo una pausa, y su mirada buscó la de la más alta—. Espero que sepas que yo... Te quiero, y que no me porto así con mala intención.

—Admito que estuve pensando un montón de idioteces respecto a eso... A la mierda ¿A quién le importa? Nos queremos y eso es lo que importa. Aunque... Supongo que podríamos nivelar las cosas un poco. Ya sabes, te doy un beso, corto, y no te tomo de la mano. —Yeji había pensado en que le gustaría tomarla de la mano al caminar, pero cambió de opinión, y se le ocurrió que un beso sería mucho mejor.

—Bueno, está bien. —la más baja aceptó la propuesta desviando su mirada y cubriendo una de sus mejillas con la mano —. Ahora debo entrar, te veo más tarde.

Yeji observó a la chica dirigirse a la entrada de la escuela.

—¡Te quiero Lia! —gritó a unos pocos pasos de la entrada de la escuela con ambas manos alrededor de su boca, haciendo eco.

Muchas personas que pasaban por ahí la observaron raro. Aunque a algunas les pareció muy tierno. También observaron como la azabache se avergonzaba girando sobre su eje para encontrarse con su novia sonriendo cálidamente.

Lia caminó dubitativa hacia Yeji. —También yo. —le dijo casi en un susurro. Se esforzó por ocultar la gran sonrisa que quería formarse. Se acercó más, con la intención de dejar un casto beso en la mejilla de la más alta.

—No te enojes, pero sabes que a mí esto no me avergüenza. Será la primera y última vez que lo haga. Desde mañana empiezo con lo que acordamos. —dijo la mayor, tomando a su novia de la cintura. Terminó como era de esperarse besándola en los labios. Se sorprendió cuando la azabache no se alejó, y en cambio, hizo que el beso fuese un poco prolongado.

Lia siempre se había avergonzado de muestras de afecto de esa índole. Pensaba que no eran necesarias. Pero una vez se hubo separado de su novia, con los labios enrojecidos al igual que sus mejillas, creyó que no estaría mal que demostraran su afecto de esa forma. Pero no siempre.


Escribí esto hace algún tiempo. No sabía si subirlo o no, pero ya fue xd. Me gustó el resultado y espero que a ustedes también uwu. ♡

ɴᴏᴛ sʜʏ ; YejisuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora