Prólogo

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Mi vida es una basura. Todo comenzó a ir mal desde que tenía tres años.

Flashback

Un niño de cabello rubio se dirige corriendo hacia sus padres.

—Papá, mamá, mis hermanos están despidiendo algo rojo de su cuerpo —dijo el pequeño, agitado.

—¿Cómo era esa cosa, Naruto? —preguntó su padre, angustiado.

—Era rojo intenso y, cuando salió, formó una cola con ello —dijo, un poco asustado al recordar.

—Minato, sabes lo que esto significa, ¿verdad? —dijo su madre, Kushina. Minato solo asintió.

—Naruto, ve por Jiraiya y llévalo a donde están tus hermanos —ordenó su padre.

Tiempo después, vemos a los niños inconscientes al lado de su madre, quien los cuida. Naruto entra para verlos.

—Mamá, ¿ellos estarán bien? —preguntó Naruto, preocupado.

—Claro que sí, mi amor, estarán bien —dijo Kushina con tranquilidad.

—¿Qué pasó, mamá? Me dieron miedo. No parecían Menma y Natsumi —dijo Naruto.

—Tienes razón, no fueron ellos. Fue el Kyubi. Como ya te habíamos dicho, ellos tienen su chakra y tú su alma —dijo seriamente.

—Entonces, ¿qué pasará? —preguntó Naruto.

—Aprenderán a controlarlo —dijo su madre.

—Por eso Tsunade y yo nos quedaremos en la aldea —dijo Jiraiya.

—Oh, ¿y yo también entrenaré? —preguntó Naruto.

—Sí, pero tú entrenarás cosas diferentes. Ellos entrenarán para controlar el chakra, ¿ok? —respondió su madre.

—Ok —dijo Naruto, mientras veía a sus hermanos despertar.

Con el tiempo, el entrenamiento de sus hermanos comenzó. Naruto pronto se dio cuenta de que su familia y conocidos empezaron a olvidarse de él.

Pasó el tiempo y llegó su sexto cumpleaños. Mientras caminaba por la calle, sintió que un chakra que ya conocía emergía de su cuerpo y luego se detuvo. Todos los presentes también lo sintieron.

Las personas, al reconocer el chakra, empezaron a perseguirlo junto con algunos shinobis. Naruto corrió lo más rápido que pudo, pero terminó en un callejón sin salida. Los aldeanos comenzaron a golpearlo mientras él suplicaba que se detuvieran. Los shinobis empezaron a lanzarle kunais y shurikens.

De repente, dejó de sentir el cuchillo rozando su piel y todo se volvió oscuro. En su subconsciente, alguien lo llamaba.

—Ven, acércate —se escuchó una voz grave. Naruto obedeció y se encontró frente a una reja gigante con un zorro igualmente gigante detrás de ella.

—Tú eres el Kyubi, ¿verdad? —dijo con un poco de temor.

—Sí, lo soy —contestó el zorro.

—¿Cómo llegué aquí? —preguntó, esperando no escuchar la respuesta que temía.

—Creo que ya sabes cómo llegaste.

—Sí, ya sé —dijo Naruto, agachando la mirada.

—Te estoy curando. Cuando despiertes estarás como nuevo, ¿está bien? —Naruto solo asintió.

—Por cierto, ¿cómo te llamas? No puedes llamarte solo Kyubi, es más bien un sobrenombre —dijo Naruto, un poco serio.

—Eres listo, muchacho, pero eso no significa que te daré mi nombre —dijo el zorro, sorprendido.

—Está bien. Después de todo, yo tampoco confiaría en las personas si fuera tú.

—¿Por qué crees que no confío en las personas? —cuestionó el zorro.

—Creo que nadie se ha detenido a preguntarte a ti o a uno de tus hermanos su versión de la historia —dijo Naruto, como si fuera lo más común del mundo.

—Eres raro, niño.

—¿Por qué? ¿Por saber de tus hermanos o por querer saber tu versión de la historia? —dijo Naruto, acercándose al zorro.

—Espera, ¿cómo sabes que tengo hermanos? —preguntó el zorro, sintiendo como Naruto subía en él.

—Digamos que me gusta leer —dijo Naruto, mientras rascaba detrás de la oreja del zorro, que empezó a menear sus colas—. Creo que te gusta.

—Cállate —dijo el zorro, pero Naruto dejó de rascar—. No te dije que pares.

—Está bien, pero me dirás tu nombre.

—Está bien. Me llamo Kurama.

—Lindo nombre. Yo me llamo Naruto —dijo mientras seguía rascando.

Al salir de su subconsciente, Naruto se dio cuenta de que ya no tenía heridas, aunque la frase tallada en su cuerpo aún persistía. Soltó algunas lágrimas.

Con el tiempo, Naruto y Kurama se hicieron amigos. Kurama lo curaba cada vez que los aldeanos le hacían daño. Kurama también empezó a entrenarlo, aunque más bien lo torturaba. Ahora, Naruto es muy fuerte, rozando el nivel de un kage, pero lo oculta, por lo que apenas se graduó como genin. Finge ser feliz, pero en realidad es muy infeliz, al punto de empezar a cortarse, creyendo que todo es su culpa.

La única persona que aún recuerda a Naruto es su "tío Orochimaru", como él lo llama. Orochimaru es la única persona que conoce sus apellidos, ya que en la academia nunca los mencionó, por lo que todos creen que es huérfano.

Por otro lado, la familia Namikaze-Uzumaki no se ha dado cuenta de que desde hace nueve años Naruto no vive con ellos. Ni siquiera se dieron cuenta de que su hijo mayor se graduó de la academia. Para su familia, amigos y conocidos, Naruto Namikaze-Uzumaki ya no existe. El único Naruto que conocen es un niño huérfano de la academia.

Fin del flashback

Y así es, mi vida es claramente una basura, ¿no?

Mi kitsune y su linda sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora