I would die for you; keonho

The only one.

Ya eran las 00:00 del 27 de Junio, el día de su cumpleaños, a pesar de que no le gustaba festejarlo, siempre esperaba con ansias a que lleguen las doce para recibir la llamada de su mejor amigo; luego de felicitarlo y desearle que sea muy feliz se quedarían jugando videojuegos y posteriormente hablando de la vida. Pero este año no fue así, eran las 00:29 AM y aún no recibía nada, ni un mensaje.
Dieron las 02:17 AM y su pecho comenzó a doler, intentó tranquilizarse pensando que tal vez estaba ocupado, que se había quedado sin batería o tal vez se había dormido; pero todo esos pensamientos positivos se fueron rápidamente luego de abrir su Instagram, en el inicio se encontraban una peculiar foto de su mejor amigo, junto a una chica alta y pelirroja, él la estaba abrazando y besándole la mejilla, mientras ella solo sonreía y posaba para la cámara.
Comenzó a sentirse peor luego de leer el "feliz cumpleaños, princesa" que se encontraba en la descripción de dicha foto.

Con un nudo en la garganta decidió cerrar la aplicación y apagar el celular, para posteriormente irse a dormir.

Al día siguiente asistió al colegio, pensando que tal vez Seoho se acordaría de él y lo saludaría, pero no fue así, el más bajo llegó a su lado, lo saludó como si nada y siguió su camino hasta encontrarse con la chica de la foto.
Keonhee no aguantó más y rompió en llanto en medio del pasillo, aunque nadie lo notó, pues estaban prestándole más atención al beso que se estaba dando su mejor amigo y la susodicha.

Sus pies dolían. Había corrido alrededor de dos kilómetros, que era la distancia del colegio hasta su casa. Paró unas tres cuadras antes de llegar a su destino. No podía más. Sus piernas dolían y en su pecho sentía una presión que apenas lo dejaba respirar; su vista comenzó a nublarse y cuando quiso acordar ya se encontraba arrodillado en la calle y con lágrimas cayendo sobre sus mejillas. 

Estaba roto, su corazón dolía. Su único amigo lo había cambiado, la persona de la que estaba enamorado desde hace ocho años había cambiado a su mejor amigo por una chica. 

Muchos pensaran que eran celos lo que sentía, pero no, no era así, se sentía insuficiente. Desde hacía un año estaba dándole señales a Seoho, indicándole que él sentía algo más que una simple amistad, y al ver toda esa escena, no pudo sentir otra cosa que dolor y tristeza, todo había sido en vano; y ahora él volvía a sentirse solo y estúpido, como cuando era chico y vio a su madre abandonar su casa, pensando que sólo se iba por un par de horas, sin saber que no iba a aparecer por el resto de su vida.

Con mucho esfuerzo se levantó. Su pantalón estaba manchado con tierra, pero no le importaba mucho, lo único que quería era llegar a su casa, tirarse sobre su cama y llorar hasta dormirse.

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Se despertó por un fuerte ruido, alguien estaba golpeando su puerta, agarró el celular para mirar la hora y se sorprendió al ver que eran las 19:32 PM; había dormido la mayor parte del día, y si no fuese por la persona que se encontraba detrás de la puerta, probablemente seguiría hasta la noche o la madrugada. 
Se levantó con pesadez, caminó hasta la entrada, al abrir se encontró a su mejor amigo mojado y con la cabeza baja. Cuando Seoho levantó la cabeza pudo notar las lágrimas que caían y mojaban sus mejillas. No pudo soportar más esa imagen y dando un paso hacia delante agarró los brazos de su amigo para acercarlo más a su cuerpo; ya no le importaba si él estaba mal, ahora su única prioridad era su amigo, tal como había sido siempre.

El reloj de la cocina daba las ocho en punto, la tele estaba prendida pero nadie le estaba prestando atención. Keonhee estaba terminando de hacer los tés mientras se imaginaba miles de razones por las que su amigo había llegado a su casa tan decaído.
Dejó la taza frente a Seoho y se sentó en la silla del costado. Ninguno de ellos había comentado nada desde el abrazo, ambos estaban evitando las miradas; querían decir todo pero ninguna palabra salía de sus bocas.

-Ya no aguanto, Keonhee- soltó el mayor, haciendo que el menor frunza el ceño- Intento cambiar esto que siento, pero no puedo, es más fuerte que yo; todos dicen que está mal, pero aunque lo intente sigo...- no pudo terminar la frase ya que nuevamente rompió en llanto.

El menor lo abrazó, y sin soltarlo lo guió hasta su cuarto; se acostaron, y Keonhee volvió a acercarlo más a su cuerpo, Seoho aceptó tímido mientras escondía su cabeza en el cuello del contrario. Estuvieron así por un largo tiempo, hasta que Lee volvió a hablar.

-Perdón, sé que te dolió mucho lo que hice hoy, y no era mi intención, tenía miedo.

-¿Miedo? ¿Miedo de qué, Seoho? No entiendo.

-De ser como soy. Me di cuenta que te gusto, pero no podía hacer nada al respecto porque no sabía cómo iban a reaccionar todos si...

-¿Si...?

-Si te correspondía... también me gustas. Desde hace tres años que no puedo dejar de pensar en vos, y ya me es complicado intentar disimular todo lo que siento por miedo a que nos pase algo.

Keonhee se quedó callado, analizando todo lo que acababa de pasar, su mejor amigo se había confesado. Pensó que tal vez era un sueño, pero se dio cuenta que no, luego de pellizcarse el brazo y sentir mucho dolor. Seoho se rió por la reacción del menor, era muy tierno.

-Hoho...

-¿Sí?

-Gracias.

-¿Gracias por qué? Si te hice mal al no decirte y después besar a- No pudo seguir ya que fue interrumpido por los suaves labios del más alto. Fue un beso corto, pero lleno de amor y necesitad.

Keonhee agarró la cara de Seoho entre sus manos y luego de separarse comenzó a dejar suaves besos en su frente, nariz y mejillas, para luego volver a sus labios y dejar un casto beso.

Keonhee estaba feliz, porque a pesar de todo lo que pasaron, nuevamente se encontraba junto a la persona que amaba, y tal vez, ahora sí vez podrían tener un final feliz.

—Fin.

Es la primera vez que escribo un one-shot tan largo y de oneus.
Si les gustó, me gustaría que me lo hagan saber a través de algún comentario o voto.♡