🔑; Llaves.

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JungKook despertó mucho más temprano al día siguiente, corriendo a la cocina para dedicarse y poder preparar una abundancia de comida que satisfaciera a dos personas.

Estaba decidido, ese día SeokJin no se iría tan rápido. Encontrasen o no su objeto, quería que permaneciera siquiera un poco más. Eso le bastaba.

Aunque, realmente deseaba poder encontrar lo que sea que trajera ésta vez. Después de todo, ese era su trabajo.

Satisfecho con la comida que preparó, sonrió mientras guardaba todo en el refrigerador y bajaba a la recepción. Aún quedaban treinta minutos antes de la llegada de su visitante favorito. ¿Para qué negarlo? Nunca había sentido tanta conexión hacia uno de ellos como con SeokJin. Definitivamente era especial.

Esperó impaciente durante esos treinta minutos, que parecían pasar tan lentos como una oruga. Observaba cada dos segundos el reloj, como si las manecillas fuesen a moverse con mayor rapidez, y JungKook siquiera entendía la verdadera razón de esa ansiedad y enorme deseo de verle. Simplemente. . . existía, y eso era suficiente para tenerle en ese estado.

Y, finalmente, el sonido de la campana llegó. Ahí estaba el azabache, entrando con su semblante tímido de siempre. El mayor sonrió.

- Bienvenido a Lost & Found.~

- Gracias, Kook.- SeokJin respondió, acompañado de una sonrisa amplia.

JungKook ya tenía listo el cuaderno de apuntes. No fue necesario que pidiera la fotografía, el azabache ya la estaba alzando.

Esa vez se trataba de una llave color plateada sin mayor atractivo. Lo único curioso era un llavero de un zorro de apariencia caricaturesca, color anaranjado con detalles blancos en el pecho, orejas y cola.

Una vez el mayor anotó los respectivos datos tras haber colocado la fotografía en su lugar, buscó la llave que, irónicamente, les llevaría al nivel de llaves extraviadas.

Al entrar al ascensor, el castaño volteó a ver al menor, luciendo una amplia sonrisa en son de nerviosismo.

- Jinnie.

- Dime, Kook.

- Es. . . ¿Es necesario que debas irte a la misma hora hoy?

Los ojos del azabache se abrieron en sorpresa, desde el hecho que el mayor llevaba un récord perfecto de sus entradas y salidas al lugar, hasta el detalle de no entender la razón de su pregunta. JungKook se notaba nervioso, cosa que SeokJin notó con facilidad.

- ¿Por qué preguntas?

- Es que. . . preparé almuerzo, para ambos. - El menor no había visto de esa manera al castaño, luciendo un leve rubor y mostrándose con poca confianza en sus palabras. SeokJin sonrió, demasiado amplio.

- ¿Era eso? Yah. . . creí que dirías algo malo. - Los ojos de JungKook se posaron sobre el rostro adverso, perdiéndose en esa hermosa sonrisa que lucía. - Puedo comer contigo, no es ningún problema.

Las comisuras del mayor se alzaron, creando un gesto sonriente demasiado amplio y con sabor a ilusión y felicidad. No entendía porque, pero sabía que un 'no', le habría sentado mal.

Las puertas se abrieron, topándose ambos con una habitación carente de iluminación, con paredes forradas en papel tapiz texturizado color púrpura oscuro y detalles victorianos en una tonalidad más clara. No había una sola estantería o mueble, todos los objetos se encontraban colgando en las paredes con sujetadores.

Millones de llaves de diferentes formas y tamaños, unas incluso parecían haber sido fabricadas un par de siglos atrás, oxidadas y abandonadas. Otras brillantes y pequeñas, como si recién hubiesen comprado una casa con nuevas cerraduras.

Por más que JungKook buscó, no encontró algún lugar donde pudiese entrar algo de luz. Al menos de manera eléctrica, con lo único que contaba aquella habitación era un candelabro, velas y cerillos.

Lost and Found [KookJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora