Me levantó un rayo de luz que venía de mi ventana. Era un día como cualquier otro para ir al colegio, un día menos de tortura.
Me quedé un rato pensando en la cama en si morirme hoy o no, pero los mensajes de mis amigos no tardaron en llegar al ver que no les mandaba un mensaje de buenos dias haciendoles saber que ya estaba despierta.
Me moría de ganas por no ir al colegio hoy lunes, solo quería quedarme en mi cama y no despertarme en cien años.
Después de un rato intentando no dormirme de nuevo me levanté, me tomé una ducha y salí a vestirme. Otra vez la misma preocupación de siempre, ¿que carajos me pongo hoy?
No lograba decidirme así que me puse lo primero que pillé y fui a comerme el desayuno que me habían preparado, gofres con chocolate y fresas. En ese momento le agradecí al mundo por tener todo esto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tenía como veinte llamadas al móvil de mis amigos enfadadisimos porque ibamos a llegar tarde así que me aligeré lo más que pude y sali de mi casa con medio gofre en la mano y el otro medio en la boca.
No iba a tardar mucho, la casa de Maddie esta a cinco minutos de la mía.
Mientras llegaba pude verla sentada en el escalón de su entradita observandome con furia, le dijo algo a su madre que no pude enterarme y entró rápidamente al coche.
-¿No te podrías haber aligerado un poco?- Me miró enfadada y arranqué el coche.
-¿Te vas a poner así ahora?- Le pregunté mirando hacia la carretera.- Si no me querías esperar te hubieras ido con Quinton- Dije y me encojí de homros sin quitar la vista de la carretera.
No dijo nada más y empezó a mirar su móvil, no sé que hacía.
Llegamos a casa de Quinton y él estaba en la misma posición que mi amiga antes de entrar al coche.
-Menos mal, un poco más y llegamos a la cuarta clase- Dijo y se acercó a darnos un beso a cada una a la mejilla.
Bufé y me dirigí hacia la escuela.
Como siempre, mientras aparcaba estaban todos los de la secundaria mirandonos fijamente, ya no me sorprendía así que, me fui donde estaban los amigos de Quinton.
Maddie no me hablaba todavía, supongo que es porque casi llegamos muy tarde y la entiendo, aunque ella sabe que soy así, osea, no sé como lo hago pero siempre llego tarde aunque me prepare dos horas antes.
Saludamos a todos los chicos y nos fuimos a nuestras taquillas para coger nuestros libros para la primera clase.
Mientras sacaba los libros de historia, había un chico nuevo al lado mía, supongo porque no le había visto nunca, que no podía abrir su taquilla.
-¿Quieres que te ayude?- Le pregunté cerrando mi taquilla.
Él asintió y se hecho a un lado sujetandome los libros para que yo pudiera ayudarle.
