𝔡𝔬𝔫'𝔱 𝔣𝔞𝔩𝔩 𝔣𝔬𝔯 𝔱𝔥𝔢𝔦𝔯 𝔤𝔞𝔪𝔢- Vinnie Hacker

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12:00 am.

Sé que es martes, pero no tenía ganas de ir a clase.

Escucho a mis padres discutir en su habitación muy fuerte y decido entrar a ver que pasa.

Justo antes de entrar noto unas manos agarrandome el brazo haciendo que salte de miedo. Era Mercedes.

-Joder Mercedes que susto.- Dije con una mano en el pecho apoyandome con la otra en la pared para no morirme.

-Te recomiendo que no entres, no querrás escuchar de que hablan. Además, hay un chico esperandote fuera desde las 11, deberías ir.

-¿De qué hablan?- Pregunté quitándole importancia a lo del chico.

-No seré yo quién te lo diga, no es mi deber.

La miré extrañada y se fue a hacer no sé el qué, mientras yo iba hacia la puerta de la entrada a ver quién me esperaba.

Era la única persona que me sorprendía que estuviera en mi casa, ¿qué mierda hace aquí?

-Hola-Dijo seco el rubio. Creo que ha notado mi sorpresa al verle.

-¿Qué haces aquí?- Respondí sin dedicarle un hola, pero sí una mirada de confusión.

-Solo quería aclarar...cosas.- Me miró de arriba a abajo.

Mierda, estoy en pijama, recién levantada, sin maquillaje y para colmo, sin sujetador. Se me marcaban los pezones y no sabía como taparlos sin que se diera cuenta aunque ya no hacía falta, me había hecho un skanner en todo el cuerpo.

-¿Puedo pasar?- Dijo sacandome de mis casillas. Veía que no le importaba mis pintas, almenos eso parecía.

-Oh, si claro.- Me heché a un lado dejandole pasar a mi casa.

Parecía no haber estado en una casa en su vida, observaba todos los rincones.

-¿Qué? ¿Te gusta mi casa?- Pregunté ansiosa por que me dijera que sí.

-Nahh, las he visto mejores.- Bufé y nos dirigimos hacía el piso de arriba, allí no se escucharían las discusiones de mis padres.

Fuimos al balcón y me apoyé en él, haciendo que Vinnie hiciera lo mismo.

-¿Cómo que no estás en clase?- Pregunté por sacar algún tema de conversación, aunque en realidad no me importa en absoluto.

-He tenido un problemilla con eso, creo que no volveré.

-¿Por qué?- Vale, esto si me importaba.

-¿Te acuerdas de todos los policías que había en mi casa el otro día?- asentí acordandome de nuestro encuentro.- Bueno pues, ese día después de clase entraron a robar a mi casa dejandonos a mi madre y a mi sin ningún céntimo y por eso no podemos pagar nada, ni el instituto, ni mi casa... nada.- Mierda, pero ¿este que ha venido aquí a pedirme dinero?- Aunque eso no importa, quería disculparme por lo del otro día, sé que te dolieron mis palabras, lo siento.

-No te preocupes, si que estaba algo enfadada, hay que admitirlo. - Reímos los dos. Me daba algo de pena que no tuviera dinero.