No podría estar más de acuerdo con usted señorita, una historia más, la mejor que llega a mi mente cuando pienso en que hubiera pasado, si hubiera continuado, claro está.
El maduro navegante, acostado, apoyado contra la pared sostenía entre sus labios un habano, encendiéndolo mientras miraba a su oyente del otro lado, una joven mujer, era recurrente del bar donde el siempre, cada sábado o luna llena rellenaba jarras y jarras de cerveza junto a la melodía de los cantantes y el mar.¿Sabe? Pienso en eso constantemente, como si mi cerebro cada que buscara un lugar apacible para relajarse volviera a ese punto del tiempo donde fui extrañamente embriagado con placer, un placer que jamás había sentido, joven amiga, era una chica exuberante, la más preciosa que podrías imaginar enfrente de ti, sus curvas no se comparaban con la de ninguna chica, sus prominentes atributos resaltaban ante este pobre marinero, en ese entonces yo apenas tenía un barco y 3 o 4 idiotas que me seguían, no podrías llamarme capitán, simplemente no, solo era un estúpido con sueños.
Al dar una gran bocanada de aire antes de comenzar a fumar, prosiguió
Un octubre, mi mente jamás me traicionaría en una fecha tan marcada, había una celebración eufórica en los barrios bajos de una isla tan pequeña que parecía un puerto. En esa porción de tierra y tablones normalmente desembarcaban mercadería de varios lados de Europa, directamente desde el Caribe o bien de lugares helados donde estaban esos piratas del norte, y allí la vi a ella.Se nota de que ella era inglesa, no pueden quedarte dudas de eso, los ingleses se visten y huelen de una forma muy diferente a nosotros, caminaban, hablaban como ellos mismos saben hacer, además claro de que allí estaba un asqueroso corsario y toda su flota, ella rápidamente corrió fuera de la nave y, llámalo estupidez, pero decidí seguirle entre las sombras.
Conocía ese lugar mejor que nadie, ningún alma podría atreverse a comprarse con alguien que tuvo que sobrevivir toda su vida a el hambre y la pobreza en ese pequeño, así pues la encontré entrando a una posada de mala muerte donde ni una sola alma se hospedaba jamás.Suerte para ella tal vez, o quien sabe al mismo tiempo podría haber conocido ese lugar desde mucho antes, me adentre rápidamente, como quien no quiere la cosa y la vi allí en una silla de una mesa en la esquina más recóndita y oscura de la posada, a la dueña ni siquiera le importaba o tal vez cuidaba de que ningún mal viviente entrara, por suerte yo la conocía por hospedarme allí algunas noches cuando una de mis primeras tripulaciones roncaban como animales agónicos por noches y noches.
La pobre chica asustada se incorpora al a esquina atenta a mí, mientras yo me acerco y hago que baje la cabeza, al sentir y comprobar que habían personas corriendo cerca, ingleses que seguro estaban en la búsqueda de la dama, el destino quiso que ignoraran ese lugar perdido por el tiempo y así la dama confió en mí, me acerque a preguntarle su nombre, ella renegó y solo me vio a los ojos, recuerdo que sus palabras y su tierna voz.
-No quiero decirte quien soy, es mejor que seamos un misterio, Capitán.Ella me mato con esas palabras, pero antes de que yo dijera algo ella prosiguió abrazándose a sí misma, ella, temblorosa hablaba y sus ojos asustados me decían el arrepentimiento de su decisión
-Estoy muerta, o al menos desheredada, no puedo creer lo que hice y no sé cómo arreglarlo
Decía ella mientras se rompía a llorar y yo me sacaba mi chaqueta solo para ponérsela encima de ella, intentando que el frio de la noche escape y pudiera tranquilizarle, creo que siempre me he dicho que, si quieres calmar a una persona, tienes que hablar, tienes que hablar muchísimo hasta que la otra persona olvide de porque estaba llorando.
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Embriagados por la pasión
AdventureMaravillosas diferentes historias de Amor, Pasión, Sexo y Romance