DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA II

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DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA. PARTE II

Advertencia: Incluye abuso psicológico, físico y sexual.

PARTE 2.

PEQUEÑAS MUESTRAS DE AMOR.

Dani abrió los ojos poco a poco y comenzó a removerse en la cama, todo el cuerpo le dolía. Sentía cada músculo de su cuerpo y una sensación de entumecimiento general en todos ellos, trato de enfocar su vista dado que veía poco y nada con uno de sus ojos por lo que pudo interpretar que estaba muy lastimado.

- Hey, despertaste. ¿Cómo te sentís?- habló un joven de piel clara con pelo marrón, con la nariz un poco grande, labios carnosos y lo que más llamó la atención de Daniel unos ojos completamente celestes, que le recordaban al cielo en su estado más puro y noble, transmitiendo paz y serenidad. Sobre una de sus cejas se encontraba un piercing que a cualquiera lo haría ver mal pero no en ese chico, parecía encajar perfectamente en el.

- ¿Qué pasó? ¿Dónde estoy? ¿Y Alejo? - pregunto lo ultimo con un hilo de voz mirando alrededor aterrado de encontrar al mayor y al mismo tiempo había comenzado a hiperventilar.

- Eu, tranquilo. Ese pibe esta en cana, no va a volver a ver la luz del día porque cuando te sientas un poquito mejor vamos a ir y hacer la denuncia. Yo no soy quien para meterme en tu vida - dijo el joven de ojos celestes mientras suavemente acercaba su mano a la mejilla izquierda del más bajito y lo acariciaba lo más dulcemente posible con la intención de transmitirle seguridad, paz y confianza. - Por favor nene, tenes que salir de ahí. Si te ama no te pega-.

Los ojos de Dani se aguaron mientras que su respiración se tranquilizó a medida que el otro acariciaba su mejilla, no entendía el porqué pero esa pequeña caricia le dio paz, esa que hacía años que no obtenía. Cualquiera pensaría que le daría miedo pero el aura que emanaba el otro era tan pura que envolvía a todos a su alrededor en un estado de serenidad absoluta.

-Si - susurro - Alejo tiene que pudrirse en la cárcel. ¿Vos fuiste quien me salvo?

- Yo no te salvé, te salvaste vos mismo cuando saliste corriendo de esa casa. Vi como te le enfrentaste y decidiste que esa no era una forma de vivir. Yo solo te protegí, como lo demás debieron hacerlo. Soy Valentín, Valentín Oliva ¿y vos?

- Soy Daniel Ribba y gracias, de verdad. Creo que si no te hubieras metido me habría matado. Gracias.

- No tenes nada que agradecer Dani. ¿Te sentís bien para declarar a la policía? Es importante para que el pibe ese que preso.

Ribba lo miró con un poco de miedo, y como si estuviera meditando si debía hacer una denuncia o acaso no hacía falta...

- Eu, mírame. Tenes que declarar, si no lo haces pueden dejarlo libre y nada te asegura que no venga a querer terminar lo que empezó. Por favor, solo contale a la policía que fue lo que pasó ¿sí? - el menor asintió y Valen se acercó a la puerta para que el policía entrara a tomar la declaración al menor. Este era bastante alto y grandote por lo que a Dani lo intimido un poco.

- ¿Te parece bien si te hago un par de preguntas sobre vos y lo que pasó?

- Está bien - susurro - ¿pero él se puede quedar? - dijo señalando a Valentín mientras mira el piso, de los labios de este asomo una pequeña sonrisa, se sentía protegido si estaba con él en la misma habitación. El policía también sonrió y dijo:

- Si estás cómodo si-. Daniel procedió a contarle todo lo que había sucedido durante los años que convivió con Alejo, como lo maltrato, como lo alejó de su familia y como no tenía forma de contactarse con ellos pues tenía entendido que su madre se había mudado de barrio. Las veces que le pego, lo violo y lo humilló, contó todo, absolutamente todo delante de Valentín quien poco a poco se iba llenando de rabia y furia. No comprendía cómo alguien podía ser capaz de hacer todo eso por placer, solo por la satisfacción de ver a alguien humillado. Deseaba con todo su corazón que ese ser despreciable se pudriera en la cárcel.

Freestyle Wosani One Shot's || COMPLETA Y EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora