Las frías tonalidades de octubre teñían la pequeña avenida de Seulia. Con la esperada llegada del invierno los parques estaban llenos de hojas anaranjadas y árboles desnudos por sus ramas.
Mamà siempre decía que los mejores momentos son cuando no los planeas, recuerdo el día exacto que conocí a Sojah en el columpio.
-Oye, ese es mi lugar- miraba a la niña de cabellos de oro que estaba sentada en mi lugar especial de juegos.
-¿uh?- parecía asustada, no sabia que era tan grosera.
-es que..no me gustan los demás columpios por que me puedo caer- aclare tratando de mirar como el sol se marchaba y daba paso a la oscuridad. Era hora de volver a casa, mamá estaría esperando con la cena y papà llegaría del trabajo para cenar juntos.
-yo- ella hizo una pausa para mirarme-te dejo tu lugar.
Que niña tan rara.
Solo vi como se fue y dejo vacio el lugar amarillo con florecitas blancas del parque. Volví a casa que estaba a la vuelta pasando la parcela. Papà ya había llegado del trabajo, vi su maletín debajo del perchero. Era raro, él era bastante ordenado que incluso un día me castigó por dejar la mermelada destapada ya que provocó que mamá se manchara su vestido. Sus vestidos eran tan bonitos que parecían de la época de los cincuenta.
Nos sentábamos juntos para agradecer la comida de cada día pero lo extraño que esta vez no era así, papá no estaba en la mesa, solo mamá y la rica sopa de dinosaurios con verduras. No dije nada y disfruté mi cena mientras ella no tomaba ni un sorbo, le pregunté si estaba todo bien, ella solo sonrió con su calida cara y me dijo: No te preocupes mi amor, ve a tu cuarto y pon el seguro.
Así lo hice, la oficina de trabajo de papá estaba a lado de mi recamara y oía cómo caminaba por toda esa sala. Pero de repente solo cesaron los pasos y el ruido era la nada. Alguien pasó por el pasillo y abrió la oficina. Los cristales se oyeron al impactar contra el suelo quebrándose en pedazos. Aunque mamá había dicho que no abriera la puerta lo hice y explore por la rejilla de la oficina, solo había alcanzado a ver el cuerpo de papá tirado con un papel en la mano que parecía estar manchado de sangre y mamá lo observaba con una sonrisa benevolente que iluminaba sus ojos de gozo. Pero jamás me di cuenta de que ese día todo había empezado.
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Jeong-ui
Science FictionLibertad. ¿Alguna vez pensaste en lo difícil que ha sido adquirirla en toda la historia de la humanidad? Un proyecto que destruye todos los derechos humanos , torturándolos de todas las formas posibles ¿habrá justicia para ellos?