¿Siempre fuiste feliz?

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Por la mañana Jess escribía en su diario todo aquello ocurrido su día anterior, pero lo más extraño era que entre sus hojas había muchas fechas marcadas con tachones rojos, solo ella sabía que sucedía, espero y en un momento ella pueda contarnos lo que ella escondía, muchas veces he visto diarios de jóvenes, a veces muy lindos o incluso románticos, pero otras veces solo era maldad y sufrimiento.

En la escuela Jess era la chica invisible, la que nadie conocía, muchos menos hablaban, ella solo tenía una mejor amiga, su mejor amiga Alma, aquella niña que conoció en el prescolar, cuando Alma defendió a Jess de las burlas de sus compañeros solo porque Jess no sabía hablar bien, pero eso es otra historia.

 Alma tenía días observando que su amiga Jess se comportaba de una manera extraña, ya que Jess era una joven muy feliz, pero esa felicidad se le empezaba a borrar de su rostro, Alma no se detuvo a preguntar que le sucedía, – ¡Jess! – Gritó Alma – ¿Qué te sucede amiga?, te ves algo extraña, ¿Puedo ayudarte? – Dijo Alma – ¿Para qué quieres que te cuente mis problemas?, ¿no crees que son suficientes los que tienes tú, como para que te dé más problemas que no son tuyos? – Dijo Jess algo molesta – Jess, somos amigas, siempre nos hemos apoyado, y siempre nos hemos contado nuestros secretos – Dijo Alma con un tono angustiada –Alma se sentía confundida por lo que le sucedía a Jess, porque ella no era así, – Perdón, no debí hablarte de esa forma, ¿Me perdonas, Alma? – Le contestó Jess a Alma – Si, todo estará bien, ¿puedo ir a tu casa esta tarde?, debo contarte algo – le dijo con un tono medio serio – Sí, claro que puedes, ya sabes que mi casa es como si fuera tuya – Rieron las dos al mismo tiempo como si fueran contado un chiste.

Guerra Del Dolor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora