Hoy era viernes, me encontraba en mi habitación tocando un poco el piano y una sonrisa apareció en mi rostro al recordar una de las cartas del sueño, a ella le gustaba escucharme cantar, también que en una de ellas menciono que mi novia me había engañado y eso era cierto, tuve una novia hace algún tiempo y me había engañado, pero nunca supe con quién.
No sé por qué por mi mente pasó que quizás ella sea real, fui directo a mi ordenador y la estuve buscando aproximadamente una hora en cada una de las redes sociales que conocía. Escuché que tocaron la puerta y Sasha me dijo que me buscaba alguien, ¿pero quién? Si los chicos hoy están entrenando.
— ¡¿Quién?! —le grité a Sasha.
— ¡Una chica, su nombre es Emily! —fue lo único que escuche y baje casi volando al recibidor pero no había nadie.
Iba a entrar de nuevo para preguntarle a Sasha de la visita cuando siento un peso enorme en mi espalda.
—Hubieras visto tu cara —reí Aarón, debí imaginarlo, es el único que sabe de eso.
Volví adentro con Aarón detrás de mi, me contó que le tuvo que dar cinco dólares a Sasha para que dijera eso, después de un rato de hablar y hablar le conté a Aarón que había buscado a Emily en la web.
—Oye, ¿y si es una señal?
— ¿Una señal? ¿De qué, Aarón? —pregunté confundido.
—Sí, ¿qué tal si el destino los quiere juntos? —habló con la boca llena.
—Tú estás loco.
—No, Shawn, en serio, ¿qué tal si vamos con una de esas que puede hablar con los seres del más allá? —me levanté de la cama y fui con Aarón, pasé mis manos por su frente y mejillas, asegurándome que no tuviera fiebre.
—No, Aarón, tú estás cada vez más mal de la cabeza, ¿qué fumas, eh?
Él sólo sonrió.
Y bueno, aquí estaba con una tipa igual o peor de la cabeza que Aarón, no sé como me convenció, pero aquí estábamos, con una esfera de cristal frente a nosotros.
—Esto es una locura —le susurré al chico de mi derecha, el cual me mandó a callar, ¡estaba más interesado que yo, qué miedo!
— ¡Emily, Emily, manifiéstate! —gritaba la vieja— Emily, ¿por qué no hablas?
Comenzó a moverse la mesa de un lado para otro, Aarón estaba asombrado mientras yo claramente sabía que debajo de la mesa, a la altura de los pies, se encontraba un pedal que provocaba el temblor en ma mesa, ¡vamos, todo el mundo sabe eso!
— ¡La veo! ¡Está en una habitación, nadie la escucha y grita un nombre! ¡No puedo escucharla bien! Ella llora, pero está sola —decía entre gritos la tipa.
— ¡Yo me largo! —estaba por salir, pero noté que Aarón seguía adentro, volví y lo vi con la doña.
— ¿Segura que esto me hará ver más fuerte e inteligente? —preguntaba esperanzado mientras la doña asentía.
Tome al chico de la camisa y lo llevé a la salida mientras le gritaba a la chica que volvería por él, que no lo vendiera, y la tipa sólo seguía asintiendo.
Después de un rato caminando Aarón habla.
— ¿Y has pensado en buscar a su hermano? —pensó un momento— ¿Jack?