Capitulo 1

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El chico corría entre los oscuros callejones  de Londres, corría sin descanso, su respiración agitada y entrecortada delataba su fatiga, el sudor mojaba su rostro, cabello y espalda,  necesitaba un respiro y él lo sabía, estaba llevando su cuerpo al límite de su resistencia, estaba al borde del colapso, sus ojos buscaban con desesperación un lugar en el cual refugiarse y se sentía tentado a detenerse, tumbarse sobre el asfalto y quedarse dormido, pero imaginaba a su persecutor detrás de él y esto lo impulsaba a aumentar la velocidad y el ritmo, aunque esto lo hiciera sentir nauseas ya por el sobre esfuerzo.

“¡Allí! Ese lugar es más que perfecto, podre perderlo dentro del edificio”

A un par de metros se levantaba un antiguo edificio de oficinas ejecutivas, debía tener al menos 12 pisos de altura, capaces de albergar 2 oficinas cada uno, del tamaño de la planta baja de una casa pequeña. Se encontraba en un estado muy deteriorado debido al abandono y falta de mantenimiento, parecía que fueses a desmoronarse en cualquier momento, pero era su única alternativa para poder escapar de quién lo perseguía.

Entro por la entrada principal, pisando los cristales de lo que en su momento fuera una bella puerta de bienvenida, su mente trabajaba a toda prisa pensando en el mejor lugar para poder escapar.

“Iré a la planta más alta, esta cosa debe tener escalera para incendios, así tendré dos rutas de escape y quizás lograre confundirlo, el elevador no debe funcionar ya, eso es más que obvio así que tendré que ir por las escaleras”

Ni bien termino de pensar esto, ya iba a la mitad del camino de las escaleras para llegar al primer piso, su cuerpo le pedía parar a gritos, su mente borrosa y mareada eran prueba contundente de ello, pero se negaba a detenerse, no podía, no debía, su vida dependía de ello y él lo sabía.

Se escuchó el crujir de vidrios bajo la suela de un zapato y él se detuvo en seco, sabía a la perfección que quién sea que lo estuviese persiguiendo había entrado al edificio y no tardaría en subir a buscarlo y así fue.

– ¡Vamos deja de esconderte y ven a jugar conmigo!

El chico quiso reanudar su carrera pero sus piernas no respondieron, el pánico se había apoderado de él sumándole a esto que el cansancio y la fatiga comenzaban a tomar factura del abuso físico que había realizado.

“¡vamos reaccionen! Si no comienzan a moverse ahora quizás nunca más podrán hacerlo”

– ¿Dónde estás? – canturreo divertida la voz de quien fuese que lo perseguía

Los pasos seguían resonando en la planta baja, sin ninguna dirección aparente, mientras el chico se esforzaba por tranquilizarse y comenzar a moverse de nuevo. Decidió tomar un pequeño respiro, eso era justo lo que le hacía falta, se puso en cuclillas ya que era lo único que sus piernas se disponían a hacer por él, respiro lento y profundo por un par de segundos, mientras su mente se despejaba buscando la mejor alternativa para salir del inmueble en una sola pieza.

Los ruidos de pisadas en la planta baja cesaron  y reino en el lugar un silencio sepulcral por unos instantes, el cual solo era roto en instantes por la respiración del joven. Su sangre se helo por completo al volver a escuchar las pisadas, pero esta vez provenientes de la escalera y acompañadas de una alargada sombra.

La adrenalina se hizo presente en su cuerpo sin ser invitada, olvido su cansancio y sus piernas retornaron la cordura y se pusieron en marcha, corrió como si no hubiese un mañana, ya que si no lo hacía tal vez de verdad no lo habría para él.

– ¡Oh vamos! No corras por favor, sabes bien que no tiene caso, es mejor que enfrentes tu destino de una vez

El chico trataba de hacer oídos sordos a las palabras del acosador incansable de esa noche, pero no podía, tenía razón y él lo sabía, no había escapatoria, debía enfrentar eso.

Dio un giro abrupto y se internó en una de las enormes oficinas, debía ser el séptimo piso, quizás noveno, ya había perdido la cuenta y ahora su mente se concentraba en otra cosa, un arma, algo que le sirviese para poder contraatacar al enemigo.

Rebusco con la mirada entre los montones de escombros que yacían regados por todo el lugar, algo pesado, con filo, quizás un arma de fuego, la desesperación se apoderaba de él y el tiempo corría indiscriminadamente en su contra.

– ¡Bingo!

Una luz de esperanza se asomó por sus ojos al divisar la pequeña navaja de cazador que se hallaba debajo de lo que alguna vez fuera un gran escritorio, estaba finamente tallado y su pensamiento por un momento se distrajo en el mueble

“¿Cedro? ¿Roble? No, quizás sea… ¡La navaja!”

Recordó repentinamente la situación en que se encontraba, saliendo de su ensimismamiento  y se abalanzo en carrera por el preciado objeto que podría tal vez salvar su vida, carrera que lamentable y dolorosamente fue detenida en seco por una patada en su rostro que lo arrojo hacia atrás, golpeando su espalda con un gran pedazo de escombro  y dejando sus pulmones sin aire.

–Te encontré – susurro

Sus palabras habían sido apenas una caricia en sus oídos, pero pudo adivinar una sonrisa divertida y triunfal en su rostro.

– ¡No comprendo! ¿Qué rayos quieres de mí?

Una mueca de espanto mezclado con terror cruzo el rostro del chico tendido en el suelo al ver al sujeto el cual tenía el rostro oculto por una capucha empuñar la navaja de cazador y dirigirse hacia donde él estaba, se agacho y coloco la hoja afilada sobre la garganta del chico de manera que el mango apuntara hacia el pecho de él mismo para que no pudiese hacerse daño.

–Yo solo he venido a hacerte un favor, a librarte de la farsa que es tu vida.

– ¿De qué estás hablando?  ¿Una farsa?

El hombre encapuchado se acercó a su oído lentamente, se podía escuchar que reía por lo bajo

–Ya lo veras

Dicho esto lamio lentamente la mejilla de su víctima mientras esta no movía un solo musculo por miedo a la navaja y esperando el momento adecuado para actuar. Pero este no llego, o al menos no como él esperaba que llegaría.

El tipo de la navaja se puso de pie, miro hacia el techo y exhalo profundamente, camino unos pasos lejos de su víctima para voltearse y arrojarle la navaja que momentos antes el chico quisiera tomar.

El chico se le quedo viendo al instrumento evidentemente desconcertado, para luego voltear a ver a su acosador como preguntándole que significaba eso.

– ¿Te me quedaras viendo como estúpido toda la noche o tomaras el cuchillo?

– ¿Eh?  Yo…

–Sería realmente aburrido solo matarte y ya, así que decidí darte la oportunidad de pelear por tu patética vida y para salir vivo de aquí, tan solo debes matarme – dijo esto con una voz divertida y una risita burlona al finalizarlo

El hombre saco del bolsillo de su sudadera su propia navaja y la empuño grácilmente. Se alejó un par de pasos más mientras llevaba la mano que tenía libre hacía la parte posterior de su cabeza.

–Uno de los dos morirá esta noche y no seré yo – dijo con suavidad pero con la fuerza suficiente para que el otro le oyera, mientras que bajaba la capucha que le cubría la cabeza y ocultaba su rostro entre las sombras.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2015 ⏰

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