Mi amor:
Llegaste a mi vida como un rayo de luz, como un ángel caído a la tierra que abrió las puertas de su corazón para hacerme comprender que nada ni nadie podrá jamás cuidar de mi corazón de la manera en la que tu lo has hecho, ofreciéndome tus cuidados día tras día y haciéndome comprender que pese a que el amor duela y deje grandes cicatrices en lo más profundo, siempre llegará el momento en el que se curarán y estaremos preparados para poder sentir de nuevo.
Es por ese motivo que me gustaría poder dedicarte esta carta para hablarte de mis sentimientos, los cuales, han podido volver a descubrir la felicidad gracias a ti, ya que me has dado todo: me has alumbrado cuando más lo necesitaba, me has demostrado el camino a seguir, y me has ayudado a comprender que el pasado ha de ser olvidado, para poder continuar con nuestra vida, buscando nuestro lugar, y lo más importante: la felicidad verdadera.
Quisiera que pudieras comprender lo mucho que supones para mi, ya que en la actualidad lo eres todo, no importa cuando, no importa donde, no importa el por que, ya que siempre estarás en lo más hondo de mi corazón.
Espero poder estar a tu lado durante el resto de los días de mi vida, ya que de todas las personas que se han cruzado en mi camino, tú y solo tú eres la más especial, la que ha sabido comprender mis anhelos, mis necesidades, y mis sentimientos como nadie, desarrollando una complicidad que me hace más feliz cada día que pasa.
Nunca cambies ni dejes que la mentira, el rencor, o el dolor se apodere de lo que compartimos, por que quiero que este sentimiento siga creciendo cada día.
Te amo con todo mi corazón.
K.
Y.
A.