Capítulo 2┊Espías

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QUÉ ONDA, IMBÉCIIIIIL -Grité llegando al grande gimnasio casi resbalando en el piso que parecía espejo de lo reluciente que estaba. Me paré en medio de la cancha y con todas mis fuerzas tiré mi mochila hacia las hermosas y limpias gradas que se encontraban un poco lejos de mí, aún así le atiné y calló en la última, casi en la orilla, pero a salvo.

Entonces me dirijo hacia el jugador de basket que al parecer se encontraba practicando en horas de clase. Intenté quitarle el balón, me resbalé unas mil veces, las mismas mil veces en que el imbécil de Min se burlaba de mí cada que lo hacía y así seguimos jugando un poco hasta que él terminó encestando.

- Lee, preciosa, ¿qué haces aquí? -pregunta Min, dirigiéndose a las gradas limpiando su sudor, PORQUE OBVIAMENTE YO SOY TAN BUENA QUE LO HICE SUDAR.

No lo malinterpreten.

Gracias.

- Pues... qué te digo, Min, chica mala -Hago pose de chica mala -o sea cruzo mis brazos un poco haciendo el signo que hacen los rockeros, medio acurricándome y sacando un poco mis labios mientras digo: "youh"- y voy detrás de él.

Se ríe por la expectacular pose que acabo de hacer y procede a sentarse al lado de mi mochila.

- ¿Es tu mochila? -Señala lo que obviamente es mi mochila.

- No, es la de Michael Jackson, se la estoy cuidando -le respondo con cara obvia mientras me le acerco para sentarme a su lado.

- Oh, interesante, ¿qué contiene? -La abre y con todo el descaro del mundo tira el contenido de esta a su lado sin cuidado alguno.

- Michael Jackson se va a enojar si se entera que tratas su mochila de esa manera.

- Tristemente Michael Jackson está muerto, nena -Toma mi hermoso cuaderno argollado con un montón de corazones, flores y formas abstractas con una paleta de colores rosa bastante visible decorado por Kim Seokjin, mi decorador de útiles especial, ama decorar todo con suma delicadeza. Es bastante tierno, la verdad.

Abre mi cuaderno y en la primera página aparece la marcación que dice "matemáticas" con reglas, números, tablas, líneas y muchas cosas más dibujadas a su alrededor con una cantidad variada de colores. Adivinen quién hizo esa obra de arte.

Creo que debería pagarle por hacerlo...

Nah.

Min siguió revisando mi mochila como si fuera lo más normal del mundo, miró dentro de cada bolsillo, se encontró una manzana de hace una semana y le dio una mordida. Iugh. Miró mis libretas y halagó lo bonitas que estas eran -después le aclaré que todo eso lo hacía Seokjin-. Luego miró mi lapicera rosa de Barbie de hace cinco años y dirigió sus ojos a mí, frunciendo sus cejas como diciendo: «¿No estás muy grande para estas cosas?» a lo que respondí poniendo mi mirada en blanco. Él hizo lo mismo.

- Así que... chica Barbie amante del rosita -dice, ojeando de nuevo mi lapicera y mis libretas-, ¿has pensando en lo que te dije? -Su ronca voz se torna seria con esa pregunta y su rostro, con aún algunas gotas de sudor, gira hacia mí sin pizca de broma.

Me incomodo de repente con esa pregunta, ya un poco cansada de su insistencia acerca del tema. Debe aceptarlo, se acabó.

- Min... ya tomé una decisión y no cambiaré de opinión, por favor, ya déjalo a un lado -respondo, mirando al aro de la cancha tratando de evitar la intensa mirada que el chico porcelana lanza en mí. Lo oigo suspirar, resignándose al hecho de que no estaré de nuevo en el equipo de baloncesto.

- Pero, ¿Por qué, Lee? -habla, sonando más como un reclamo que como una pregunta-, eres una de las mejores y de repente te vas como si nada, ¿No ves que te voy a extrañar, mocosa? -suelto una pequeña risa muda volteando hacia él.

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⏰ Última actualización: Jun 09, 2021 ⏰

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Daddy Lessons 🍃 | J.HSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora