Ya era tiempo, de dejarte ir, de que dejara de preguntar por, de que dejara de revisar tu perfil a todas horas como una vil tonta, de que dejara esas ganas de hablarte y de decirte lo mucho que te extañaba y amaba, que nunca podia sacarte de mi cabeza, porque creia que siempre iba a aser tu, pero se termino.
Lo mejor era dejarte ir y soltarte, definitivamente.