Parte 2: Un día en la vida de quien?

0 0 0
                                    

3 de octubre, año 2009
Un día normal en la vida normal de un niño normal, como debería de ser pero en esta ocasión haré un ligero cambio aferrado a mi realidad:
Un día agitado en la vida normal de un niño tranquilo, bien este niño del que hablo es Cristopher, si pensaban que era yo pues lamento no cumplir con esa expectativa. Es necesario contar esta ¿anécdota? No sé cómo llamarla pero si que fue una lección que aprendí hasta la actualidad; como era habitual en nuestro vecindario cada fin de semana los niños salíamos a divertirnos jugando o hablando de cosas poco importantes en la cotidianidad de un menor.
Este día en específico era muy caluroso podría decirse que la temperatura superaba los 38° y eso es mucho para una persona que no soporta tantos azotes de calor, nosotros no íbamos a ser la excepción sin embargo, antes de continuar sería bueno dar una pequeña presentación de los niños en mi barrio que les aseguro es como cualquier otro grupo de amigos en cualquier parte del mundo.

No aumentaré sus nombres debido a que considero no aportan nada a esta historia ya si en algún momento se requiere lo nombraré usando meramente su descripción tanto física como en personalidad:

Como no, el niño guapo con las facciones más finas en su rostro y con una personalidad plástica impropia para un infante (agradezcamos a su familia por eso).

La niña más linda del vecindario de tez muy blanca y por la cual a todos les robaba las miradas, su personalidad era un poco de admirar ya que podía reflejarse mi forma de ser en ella debido a nuestras similitudes a la hora de expresarnos.

El "bravucón" Por decirlo de modo coloquial, piel morena y bastante simpático para sus estándares de personalidad que por el apodo podrán imaginarse, alguien agresivo y que siempre está de malas pulgas.

Otra niña bastante atractiva pero que a comparación de la más linda era todo lo contrario, arrogante, mal criada y como no una aprovechada por el simple hecho de ser bonita.

Y como no puede faltar siempre tendremos a nuestro amigo negro, este tipo era una gran persona desde que lo conocimos, muy servicial, atento y con quien no te aburres de hablar sobre cualquier tema.

Nuestras edades eran variadas, Helena con 7 años, Cristopher con 6, el Rubio con 7, la niña linda con 8 , el bravucón con 8, la creída con 6, el negro con 7 y yo con 6. Nada mal para un grupito de niños que sale a jugar en su vecindario, bien ahora si puedo dar paso a la historia, 5:30 de la tarde hace un calor tenaz, un grupo de niños jugando a las escondidas pero con demasiada sed; yo solía siempre tener algo de dinero no mucho lógicamente a duras penas para comprarme una golosina o algo para beber, dejamos de jugar y no sentamos en la acera del parque que había en el centro del barrio.

-Cris acompañame a la tienda, ¿si?- dije.

-Claro amigo, dennos un segundo ya volvemos- respondió mientras nos levantabamos para ir a la tienda.

Luego de caminar unos metros nos pusimos a hablar sobre el juego:

-¿Viste como el Rubio estaba muy cerca de Helena?- me preguntó- parecía que se la fuera a robar.

Reí un poco-la verdad si me sorprendió ver esa cercanía y que ella no dijera nada, después de todo es el niño con el que todas quieren estar juntas-respondí  tranquilo.

-Pues si pero a mi no me gusta que se le acerque.

-Que pasa? Estas celoso?

-Yo? Ni hablar, no me gusta estar con niñas me hace sentir incómodo.

-Ya se verá cuando seamos más grandes- solté una pequeña carcajada.

Llegamos a la tienda y la señora se alegró al vernos a los dos:

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 27, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Aquello que nos hacía querer...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora