⚠️Hematofilia; Huachimingo × Juanín

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Había pasado un mes entero desde que el albino había llegado a aquella isla zoológico, un mes en la que constantemente soñaba esperanzado a que sus amigos fueran a rescatarlo y recuperaran su amistad, o como mínimo fueran a verlo como él animal enjaulado que ahora era, pero aquello nunca sucedió, llegando a encariñarse de su "dueña" y entablando buenas amistades con sus compañeros quienes eran parte de la colección, siendo el más cercano a él un pequeño moreno de manchas llamado Huachimingo.

Ya había sido reprendido un par de veces en la mañana por intentar acercarse a las guardias muñecas y ayudarlas en su trabajo, ellas debían trasladar un par de materiales pesados y llevarlos a una bodega, pero por más que  regañaran al menor este no podía evitar ser amable y darles una mano. Su amigo de cabello grisáceo intentaba detenerlo a una distancia moderada para evitar ser cómplice del "mal comportamiento" del menor.

Las guardias trataban de ignorar al chico mientras transportaban dichos materiales, no tenían permitido hablar con los prisioneros así que solo guardaban silencio al ver como el ojirubí trataba de cargar por su cuenta un pesado objeto metálico, fallando de inmediato.

- vamos Juanin, déjalas hacer su trabajo... - el moreno miró nervioso a ambos lados antes de acercarse a detener al mencionado, tomándolo del hombro y alejandolo de las muñecas.

- pero ellas solas tienen que llevar todo eso! Solo voy a ayudarlas un poco, que tiene de malo? -  se volvió a acercar a las contrarias y decidió mejor tomar algo que ya de por si lucía algo afilado, pero al verse más fácil de cargar prefirió tomarlo.

- Cachirula va a venir y si nos ve nos va a regañar otra vez! - jaloneó el brazo del albino, haciendo que deslizara la mano sobre el afilado objeto en ves de sujetarlo, provocándole un gran corte en la palma.

- ah!! Auch! - el menor reaccionó rápido por la herida y sujeto su propia mano con fuerza, observando el corte el cual ya estaba derramando sangre de forma abundante.

las demás guardias notaron eso y se aterraron de sobremanera, si la mayor se daba cuenta que su más preciada parte de la colección se había herido por culpa de su trabajo incompleto, seguramente colgaría sus amputadas cabezas en la pared de su oficina, y no tuvieron un mejor plan para evitarlo que saliendo de allí corriendo.

Los chicos solo miraron a las muñecas salir corriendo, no sabían si iban a buscar algo para la herida o si solo huyeron del problema, pero al estar ahora solos en aquel pasillo gris no tuvieron de otra más que improvisar.

- ay no, que haremos?... - miró asustado al de cabello alborotado, quien evitaba mirar directamente al corte y pensaba en algún plan para curar a su amigo sin llamar la atención de la pelirrosa, sabía que la pasaría muy mal si ella se enteraba de ello.

- t-tranquilo, creo que tengo algo que te puede ayudar. - dijo algo nervioso mientras buscaba desesperado en su bolsillo de su pantalón, solo encontrando unos cuantos objetos inútiles para curar.

El Huachimingo suspiró resignado, el estaba consciente de su "comportamiento" al estar frente a sangre, y no quería atacar al menor por ver su sangre correr de su mano, debía evitar mirarla a toda costa, pero el tener que ayudarlo dificultaba un poco eso.

- Ugh, creo que será mejor pedir ayuda, no? - mencionó adolorido el albino al ver que su amigo no tenía nada de ayuda consigo.

- no!! Estaremos en problemas si alguien se entera. - el moreno sudaba frío, tragó en seco al ver como el ojirubí presionaba la herida en un pobre intento de parar el sangrado, causando todo lo contrario, ya había una cantidad considerable de sangre en el suelo, y ni hablar de la mano de Juanín.

Con las manos temblorosas, tomó el brazo del contrario y admiró idiotizado el corte, el albino no se quejó ya que pensaba que el de cabello grisáceo lo curaría, vaya error.

La respiración del de manchas se volvió agitada y acercó su rostro a la palma del menor, besando y lamiendo la sangre que emanaba de esta, Juanín lo miró confundido, tratando de zafar su mano del agarre por el ardor.

- q-que haces?? Me duele! - alejó su mano con fuerza, mirando asustado a Huachimingo, quien se veía algo tétrico por la sangre en su boca y su mirada de inquietante deseo, parecía un monstruo.

El moreno gruñó molesto tras esto y sujeto con fuerza las muñecas del menor y lo sujetó contra la pared, inmovilizandolo al entrelazar sus piernas con las del albino, quien jadeó al sentir una erección en el pantalón del contrario gracias a la cercanía, todo esto se volvía extraño, y cada ves peor.

Miraba espectante como el mayor lamía todo rastro de sangre que había dejado la herida en el cuerpo del contrario, soltando suspiros un tanto subidos de tono y frotando su entrepierna en las caderas del chico, la sangre de éste le parecía tan deliciosa, será por su raza? Nunca había probado la sangre de un Juanín, sin duda le sabía distinto.

El mencionado trataba de soltarse desesperado, todo esto le parecía asqueroso y sollozaba de dolor al sentir la lengua del moreno intentar adentrarse al corte en su palma, abriendo más la herida y chupando toda la sangre que brotaba de esta.

El albino no soportó más la situación y empujó con fuerza al grisáceo, alejandolo lo suficiente.

- que te sucede?? Me lastimas!! - gritó molesto, tratando de limpiar su mano por la baba que había dejado allí, ignorando la erección que sintió momentos atrás.

- q-quiero más... - balbuceo, parecía un zombie hambriento, asustando al chico por ello, comenzó a correr en busca de ayuda pero fue rápidamente alcanzado por el Huachimingo, siendo empujado con brusquedad al suelo.

El mayor sacó una pequeña hoja metálica de su bolsillo, parecía una navaja casera, y la alzó sin pensar, enterrandola en la clavícula del ojirubí, soltando un desgarrador grito que resonó en todo el pasillo.

Sacó aquel pedazo de metal con dificultad del pecho del menor, sonriendo al ver como aquel líquido rojo volvía a salir, empapando la ropa del ex productor, quien seguida llorando desesperado por salir de allí, no supo en qué momento su amigo se volvió loco y lo apuñaló, todo pasó muy rápido para él.

Por la pérdida de sangre comenzó a perder fuerza, perdiendo sus sentidos de uno por uno, solo alcanzando a ver con dificultad el como el grisáceo besaba su nueva herida en el pecho, para luego caer desmallado.

El mayor se daba un festín con la sangre del contrario, comenzó a masturbarse por encima de su pantalón, nunca tuvo una oportunidad tan grande como esta de satisfacer su gusto sexual, se sentía de maravilla.

Reaccionó asustado al escuchar una buena cantidad de personas acercarse a ese pasillo, no tuvo tiempo de alejarse del menor cuando apareció la dueña del lugar mas un grupo de sus soldadas, acorralando el pasillo por ambos lados.

- Huachimingo!! Que estas haciendo?! - grito asustada al ver al ojirubí desangrandose en el suelo, con el mencionado encima suyo y salpicado con los rojos fluidos en su rostro y ropa, parecía un caníbal.

Fue violentamente alejado del cuerpo por las guardias mientras lo inmovilizaban fuera de escena, trataba de explicar lo que realmente sucedió pero fue callado con un golpe.

la pelirrosa se acercó con lágrimas en los ojos hacia su más preciado miembro de la colección, quien moría frente a todos mientras formaba un gran charco de sangre debajo suyo, no tenía oportunidad de sobrevivir.

- parece que Juanín no será el único en morir hoy, verdad huachi? - sentenció seria, la muerte de su preciado albino no sería en vano, de todas formas podía conseguir otro como el grisáceo.

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Normalmente las personas con Hematofilia no son así de violentas xd pero se lo añadí para que fuera más fuerte el asunto.

Como muchos me comentaron muchas ideas en la parte anterior (a pesar de que dije que tenían que mandarme mensaje privado cof cof) pues no me decidía entre todas ellas, así que hice una mezcla rara de todas y más o menos la plasmé en esta parte.

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⏰ Última actualización: Jan 10, 2021 ⏰

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