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.:. CAPÍTULO UNO .:.
LA INSPECTORA VA-A-CASARSE-CONMIGO

          MIENTRAS CONDUCÍA DE CAMINO A LA ESCUELA para llevar a mi hijo, no podía dejar de pensar en lo que me depararía aquella mañana que aún tenía por delante

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          MIENTRAS CONDUCÍA DE CAMINO A LA ESCUELA para llevar a mi hijo, no podía dejar de pensar en lo que me depararía aquella mañana que aún tenía por delante. Theo observaba distraído las calles de Nueva York y llevaba su nueva mochila abrazada a él como si temiera perderla en cualquier momento. Se trataba de una mochila de La Guerra de las Galaxias, naranja y blanca que estaba inspirada en la Alianza Rebelde, por la cual había tenido que mover mar y tierra para conseguirla. En otras circunstancias no podría haberme permitido comprar algo tan caro, pero acababa de conseguir un puesto como inspectora en la comisaría 99 del Departamento de Policía de Nueva York, y a partir de ahora podría darme algún que otro capricho siempre y cuando no fuera demasiado ostentoso para mi sueldo.

Tenía claro que con lo que iba a cobrar no podría comprarme una casa ni un coche nuevo, sin embargo podría comprarle la mayoría de cosas que deseara mi hijo. Había querido aquella mochila desde hacía medio año, nada más verla en el escaparate de un tienda, y se me partió el alma tener que negársela. Theo era un niño muy comprensivo que entendía que no teníamos suficiente dinero como para comprar cosas que no fueran de vital importancia, y nunca pedía de más ni hacía berrinches cuando me veía obligada a decirle que no. Por ello, cuando me pidió aquella mochila por primera vez, dolió no poder darle a mi niño lo único que quería.

Pero ahora era suya. Tenía la mochila más bonita de todo el mundo y estaba tan feliz que yo también lo estaba. Nada más enterarme de que el puesto era mío, le invité a cenar a un restaurante italiano delicioso y le di la mochila envuelta en papel de regalo. Ni siquiera se esperaba aquello y se puso tan contento que dio hasta saltos de alegría.

—Es tan guay que vayas a atrapar a los malos como Batman —dijo Theo haciéndome regresar a la realidad.

Despegué la mirada de la carretera y le miré encontrándome con su sonrisa y sus hoyuelos que se marcaban ligeramente en ambas mejillas. Era muy menudo para su edad, tenía el rostro dulce e infantil y sus mejillas siempre estaban de un tono rojizo. A diferencia de todo él, tenía unos ojos marrones, redondos y enormes.

—Supongo —contesté mientras volvía a centrar la vista en la carretera—. Aunque estoy un poco nerviosa. Seré la única sin experiencia.

—Seguro que serás la mejor, has entrenado mucho.

Tras oír sus palabras pude respirar con normalidad de nuevo. Tenía razón, había estado entrenando y preparándome durante el último año dejándome la piel en ello, si me habían dado el trabajo era porqué me lo había ganado.

Diez minutos después, pude ver a lo lejos un montón de gente y las inmensas puertas del colegio. Detuve el coche en un sitio bastante cerca de donde la mayoría de los coches se encontraban pero sin llegar a aparcar. Me estiré hacia mi hijo y besé su mejilla antes de que abriera la puerta del copiloto.

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⏰ Última actualización: Oct 26, 2020 ⏰

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 𝐑𝐎𝐁𝐈𝐍 | brooklyn 99Donde viven las historias. Descúbrelo ahora